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Análisis

'La isla de las tentaciones': amor precocinado que normaliza mensajes tóxicos

Mediaset estrena en Telecinco y Cuatro su primer reality transversal de 2020

Gonzalo y Susana, una de las parejas de 'La isla de las tentaciones' / Mediaset España

Gonzalo y Susana, una de las parejas de 'La isla de las tentaciones'

Madrid

La cuesta de enero es pronunciada y para Telecinco, sin 'Gran Hermano', todavía de hace un poco más resbaladiza. Es por eso que la cadena principal de Mediaset ha recurrido a 'La isla de las tentaciones', un programa enlatado que pone a prueba la fidelidad de cinco parejas. ¿Cómo? Separándolos en una isla paradisiaca para que vivan con diez solteros y diez solteras faltos de cariño y fama.

El programa tiene los ingredientes suficientes para conquistar a la audiencia de Telecinco y Cuatro, las dos cadenas que a priori albergarán la emisión de la primera temporada de este formato de éxito internacional. El físico, la carnaza, es claramente la base de 'La isla de las tentaciones', con un plantel de jóvenes cuyo único objetivo en la vida es hacer culto al cuerpo. Todos ellos, además, saben que han ido a hacer televisión y sus ansias de popularidad son perfectas para este tipo de programa que no tiene otra intención que hacer un homenaje al desamor y a todas sus consecuencias.

El estreno fue solo una presentación para conocer a unas parejas segurísimas de su amor y a esos solteros prefabricados que se presentaron con frases tan icónicas como "suelo atraer a chicos gamberros y sinvergüenzas, pero yo, en el fondo, soy una princesa", "a pesar de mi imagen de diva, soy de lo más normal" o "ligo hasta con la boca cerrada". También hubo los primeros acercamientos y los primeros roces, porque, evidentemente, el salseo es la razón de ser de 'La isla de las tentaciones'.

Si no te lo tomas en serio y tienes tolerancia a la vergüenza ajena (hay varios momentos que rozan el delirio), 'La isla de las tentaciones' es un programa entretenido con el que puedes pasar un buen rato una noche de jueves sin mucho que hacer. Sin embargo, podría ser un espacio no apto para los más jóvenes. Al fin y al cabo, son los más influenciables y 'La isla de las tentaciones' normaliza intencionadamente los celos, los micromachismos y el conflicto entre mujeres, mensajes que podrían adoptar como buenos ese público que no sepa diferenciar la realidad de la ficción.

  • 'La isla de las tentaciones' se estrena con éxito
 
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