Papa contra papa: Benedicto y Francisco, enfrentados a cuenta del celibato
"El celibato es indispensable, no puedo seguir callado", afirma el papa emérito Joseph Ratzinger en el último libro del cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el culto divino
Foto de archivo de un encuentro entre los dos papas, Francisco (a la izquierda) y Benedicto XVI (a la derecha) / Vatican Media (Reuters)
Roma
El libro del cardenal conservador Robert Sarah, Desde el profundo de nuestro corazón, ha sido escrito a cuatro manos con el papa emérito Ratzinger en los últimos meses, según su autor. De la anticipación filtrada al diario francés Le Fígaro se desprende que Benedicto XVI se opone a la apertura del Sínodo de la Amazonia, de octubre pasado, de permitir la ordenación sacerdotal de diáconos casados, como ya acontece en la iglesia católica oriental.
Precisamente, el libro aparece pocos días o semanas antes que el papa Francisco promulgue la exhortación apostólica con la que se pronunciará en este sentido. La posición del cardenal vigilante de la disciplina de los sacramentos es conocida. Sarah defiende la ortodoxia de Iglesia frente al intento de Bergoglio de "sacarla del siglo XIX para situarla en el siglo XXI", según palabras del papa argentino.
Dudas de autenticidad de las declaraciones de Ratzinger
Resulta objetivamente inverosímil, sin embargo, que Ratzinger se exprese contra el Papa Francisco o haya escrito texto alguno en el libro de Sarah. A sus casi 93 años, el Papa emérito es un anciano de gran fragilidad física, con dificultades para oír, andar y hablar, como pudo verse en el reportaje de la televisión bávara BR, hace una semana, sobre la vida cotidiana del pontífice alemán en su residencia Mater Ecclesiae de los jardines del Vaticano.
Sus declaraciones serían mucho más una libre interpretación de las conversaciones sin luz ni taquígrafos del autor, empeñado desde hace varios años en la confrontación ideológica papa contra papa del sector más conservador de la jerarquía eclesiástica.
Robert Sarah sustituyó al inefable cardenal español Cañizares en el 2014 como vigilante de la disciplina de los sacramentos en el Vaticano.
