El Supremo confirma la condena del sargento de Isla Mayor por ayudar a narcotraficantes

Madrid

El Tribunal Supremo ha decidido confirmar la condena de catorce años de prisión impuesta al ex sargento de la Comandancia de Isla Mayor, en Sevilla, por cobrar miles de euros de un grupo de narcos a cambio de ayudarles a meter hachís por el Guadalquivir. La sentencia declara probada su participación y también confirma que su esposa debe ser considerada responsable a título lucrativo al entender que sabía de dónde procedía le dinero.

Los hechos, según la resolución, tuvieron lugar en Sevilla entre 2012 y 2016: el entonces sargento llegó a cobrar más de 22.000 euros de una organización de narcotraficantes a cambio de darles "protección" a la hora de introducir toneladas de hachís por el Guadalquivir. La Audiencia Nacional condenó tanto al sargento como a otros tres agentes y una quincena de narcos, aunque fue el único que decidió llevar su caso ante el Tribunal Supremo no reconociendo los hechos como el resto. 

Ahora el alto tribunal, con el magistrado Julián Sánchez Melgar como ponente, ha decidido confirmar su condena: catorcce años de prisión por tráfico de drogas. Explican los jueces que era el "mando máximo" de la Comandancia de Isla Mayor y que tenía "capacidad de influir" en la lucha contra el narcotráfico haciendo "justamente lo contratrio de lo que debe hacer, incumpliendo las obligaciones de su cargo y poniendo en alto riesgo la salud de quienes fueran adquiriendo" todo ese hachís.

La organización de narcos, según la Justicia, tenía varias lanchas semirrígidas con las que metían la droga en Andalucía, almacenada posteriormente en naves industriales en Coria del Río. Los agentes condenados llegaron incluso llegaron a darle a los traficantes la llave de una de las cancelas para que pudieran desembarcar la droga en una zona protegida del Parque Natural de Doñana.

Los beneficios del sargento

El Tribunal Supremo rechaza el recurso del sargento y también el de su esposa, considerada responsable a título lucrativo al entender que se benefició de la actividad ilegal de su marido y que sabía en todo momento de dónde salía el dinero. "El dinero se ingresó en su cuenta sin responder a un negocio onerosos previamente existente que haría respeteable su posición, y todo ello a sabiendas de su procedencia delictiva", dice la sentencia.

"Es razonable suponer que conocía no solamente tales ingresos, sino que no respondían" a su sueldo como sargento de la Guardia Civil. "Se trataba de cantidades ingresadas en metálico en la propia oficina bancaria", añaden los jueces, estableciendo que debe hacerse cargo también de la responsabilidad económica por el dinero que cobró su marido y terminó en la cuenta familiar. El dinero, a lo largo de cuatro años, fue entrando en la cuenta "!mediante ingresos en efectivo con pequeños importes" hasta alcanzar los 22.040 euros.