'Wasted': tener 25 años y elegir entre ser valiente o acomodarse
María San Miguel dirige 'Wasted', de la británica Kate Tempest, un proyecto que nació en la Escuela de Arquitectura de Madrid
Madrid
Año 2019, Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. La doctora Atxu Amman les dice a sus alumnos de primer curso que la arquitectura ya no es lo que era y que ya no tiene las salidas profesionales que tenía hace unos años. Amman explica a sus estudiantes que tienen que buscar complicidades con otras disciplinas artísticas. Y es entonces cuando entran en escena los actores Javier Amman y Nakarey, que proponen a estos jóvenes trabajar sobre Wasted, la primera obra de teatro de la británica Kate Tempest, escrita en 2012. Los alumnos diseñan entonces veinte proyectos para la escenografía del texto, entre los que se seleccionan primero cinco y después, el definitivo. Atxu Amman contacta entonces con la actriz y dramaturga María San Miguel y le propone dirigir la obra, ambas le ofrecen el proyecto el Teatro Fernán Gómez de Madrid y su entonces director, Nacho Marín, acepta.
Wasted, con dirección de San Miguel y con Javier Amman, Nakarey y Mariano Estudillo en el reparto, se estrena este martes. Sobre el escenario, el proyecto ganador: una estructura metálica de la que cuelgan 120 cuerdas que terminan en pequeños sacos de arena. Los actores mueven las cuerdas, se mueven entre ellas, las enredan, las agrupan o las separan para construir espacios distintos a lo largo de la obra.
Wasted es la historia de Coti, Edu y Dani, tres amigos que se reúnen diez años después de la muerte de un cuarto, Toni. Una obra en la que la poeta, rapera y dramaturga británica Kate Tempest habla de ese momento en el que dejas de moverte por el mundo "como si fueras del Imperio Romano", de ese momento en el que sigues yendo a fiestas, pero cuando llegas sólo hablas de otras fiestas del pasado en las que te lo pasaste en grande. Tempest no habla de gente de 40 años, sino de 25, gente que, de pronto, siente que ha envejecido antes de tiempo: "me levanté una mañana y era, básicamente, mi abuela", dice Carlota, Coti, la única chica en este trío de amigos.
Kate Tempest habla en Wasted de ese momento en el que te das cuenta de que tienes "trabajos de mierda", te preocupas "por cosas que te la sudan" y "ahorras para comprarte cosas que hacen que te odies por quererlas". Y, entonces, te preguntas "cómo podemos alzarnos y recuperar lo nuestro". María San Miguel explica que el texto es "muy poderoso y cuenta de una manera cotidiana cosas que nos interpelan en las relaciones, en nuestras vidas, que a veces son una mierda y están atravesadas por la precariedad a todos los niveles". La directora cree que lo que cuenta Wasted "no es nuevo, nos pasa desde que el mundo es mundo, pero qué nos está pasando para que nos siga ocurriendo: hemos decidido tener vidas en las que nos hemos dejado atrapar por el sistema, por la nómina a fin de mes, y hemos ganado en individualismo y hemos perdido en identidad, en individualidad".
San Miguel cuenta que esa precariedad laboral y sentimental de los que tienen 25 años (y 35, y 45) es un tema del que habla a menudo con sus padres: "Ellos son de esa generación que construyó la democracia y eso a nosotros nos ha acomodado tanto, que cuando te das cuenta ya hay cosas que no puedes cambiar, y por eso tu vida es una mierda porque ha pasado ese nanosegundo en el que era posible atreverse y ser valiente".
La directora cree que Wasted es, en el fondo, "un canto a la libertad a través del mundo de los afectos, frente a un sistema neoliberal que atrapa y consume", además de una reflexión "sobre la desilusión de la etapa adulta tras el hedonismo de la adolescencia".