'Boulder' y 'La forastera': dos historias de mujeres fuertes y solas
Coinciden en las librerías (online) dos novelas protagonizadas por mujeres que disfrutan de la soledad en entornos hostiles: 'Boulder', de Eva Baltasar y 'La forastera', de Olga Merino
Madrid
Angie es una mujer de unos 50 años, que ha vivido en el Londres de los años 90, de las drogas, el sexo y Margaret Thatcher, y que ha vuelto a España a lamerse las heridas tras la muerte de su amante. Angie regresa al pueblo de sus padres, una aldea perdida en el sur del país, poblada de olivos, de caciques que perviven, de hombres ásperos, de historias de muertos y fantasmas y de mucha soledad. Es la protagonista de La forastera (Alfaguara), la cuarta novela de la periodista Olga Merino, una mezcla de western y thriller rural, la historia de una mujer más fuerte que el universo en el que vive. "Me están echando el cerco", dice, "y no es el viento".
Merino explica que a su protagonista "la han intentado acorralar, le han hecho mil perrerías, pero es libre y no han podido con ella y me quedo con ese mensaje, esa capacidad de resiliencia que viene tan bien en estos momentos porque somos capaces de superar este cerco que estamos viviendo ahora". Angie vive en un caserón aislado en el campo, cuenta Olga Merino, "dedicada a las pequeñas tareas de alimentar a las gallinas, cuidar su huerto... y hay un momento en el que piensa que la dicha era esto, esa paz, ese estar con uno, valorar lo pequeño, lo cotidiano, la alegría de estar vivo".
La autora nos recuerda también que, a pesar de lo urbanitas que somos muchos, también somos hijos o nietos de aquellos que se quedaron en lo que hoy llamamos España vacía o de aquellos que emigraron a las ciudades buscando un futuro mejor: "Todo aquel trauma de la inmigración afectó a una clase social muy determinada y nadie sale de su terruño a no ser que esté desesperado, y esos campesinos se trasplantaron en los extrarradios de las ciudades en ciudades como Madrid o Barcelona".
Y de una mujer que se atrinchera en la soledad a otra que la defiende como su hábitat natural. Boulder es el nombre que reciben las piedras que están a la intemperie, expuestas a los elementos en lugares aislados, y es el título de la nueva novela de Eva Baltasar y de su protagonista, una mujer "que quiere estar sola, que se encuentra en paz estando sola, pero la vida se lo pone difícil porque aparece el amor y la soledad estira para dentro y el amor empuja hacia afuera".
Boulder (Literatura Random House) es la segunda entrega de una trilogía que Eva Baltasar comenzó con Permafrost y que culminará con Mamut y en las tres, como grandes protagonistas, las mujeres y la soledad como elección. En estos tiempos de confinamiento por el coronavirus, Baltasar celebra la soledad de su protagonista, que "se siente a gusto en la provisionalidad, que nace de un sentir personal, pero es que yo también soy bastante solitaria, vivo en pareja y con mis hijas, pero he conseguido mantener ese equilibrio y mantener ese espacio de soledad y eso es algo que ella también necesita para sobrevivir, es su hábitat".
Baltasar admite que, como sociedad, nos falta entrenamiento a la hora de convivir y disfrutar de la soledad: "Estos tiempos yo los veo como una oportunidad de conocerte, de conectarte contigo mismo y preguntarte quién eres y hacia dónde queremos llevar nuestra vida" y añade que esto "debería aprenderse y ponerse en valor desde pequeñitos".
Boulder trabaja como cocinera en un buque mercante y se enamora de una geóloga en Reikiavik que quiere ser madre y acabará siéndolo, una maternidad que la protagonista no elige y de la que se sentirá excluida, "no es un problema de pareja, Boulder es incoherente, no quería ser madre y acaba siéndolo porque accede al deseo de la mujer que quiere".