Muere Limonov, activista, político y escritor ruso
Ha fallecido a los 77 años, según ha confirmado el gobierno ruso
Se ha definido en toda su obra como indigente, mayordomo, guerrillero, activista político, símbolo de la resistencia de Putin, poeta o periodista; Eduard Limónov ha fallecido a los 77 años, según ha informa el gobierno ruso sin especificar la causa.
Nació en Dzerzhinsk, una ciudad industria. De joven se casó y se mudó a Moscú, allí empezó a escribir poesía y adquirir cierto renombre dentro de los círculos underground de la ciudad. Pero no fueron los únicos círculos que frecuentó, también los de la política clandestino, lo que hizo que tuviera que exiliarse a Nueva York. Allí vivió como un vagabundo, se hizo mallordomo de un millonario y escribió novelas autobiográficas, con las que consiguió mejorar de vida.
Se marchó a París y allí alcanzó notoriedad pública con una escandalosa novela sobre suvida neoyorquina. Confesó su bisexualidad y sus relaciones. De allí pasó a los Balcanes, donde apoyó la causa serbia. Soy yo, Eddie, es una de las novelas más vendidas de Limónov.
Ingresó en prisión en 2001, después de que el Gobierno de Putin le acusase de terrorismo y de tráfico de armas. Pero ya estaba en el punto de mira desde que regresó a su país tras la disolución de la URSS y creó el Partido Nacional Bolchevique, donde él mismo explciaba que era un partido con una mezcla de comunismo y fascismo.
Limónov es uno de los personajes más extravagantes de la literatura, que habla varios idiomas y que ha virado su ideología una y otra vez. Quizá es lo que más interesó al escritor francés Emannuel Carrère, que le dedicó una biografía con la que el personaje volvió a la actualidad. Tirulada Limónov, cuenta Carrère que le conoció gracias a su madre, una experta en la Unión Soviética.
"Estoy contento de que Carrère apareciera de algún lado y escribiera el libro. Carrère me llamó y me dijo 'voy a escribir un libro sobre ti' y yo le dije 'okey, escríbelo' pero estaba seguro de que no lo haría. Me llamó otra vez y me dijo que ya lo había escrito. Así fue como resucité para Europa", decía a la Cadena SER.
Se trata de una novela galardonada con el Premio Renaudot, el Premio de la Lengua Francesa 2011 y, en especial, el Prix des Prix 2011, que se elige entre las obras ganadoras de los ocho premios literarios franceses más importantes.
Justo en junio del año pasado había estado en España presentando su última biografía El libro del agua, que escribió en la cárcel, así lo contaba en una entrevista en la SER. "Los libros deberían escribirse en la cárcel. No hay niños, no hay mujeres, no hay planes, nadie te interrumpe. Escribí varios libros al mismo tiempo. Cuando me aburría con uno, seguía escribiendo otro. Y sobre el agua pues, yo ya estaba escribiendo varios libros cuando, de repente, me descubrí a mí mismo entrando en la cárcel donde pasaría los siguientes 14 años de mi vida. Entonces pensé que esto era serio y que debía concentrarme en mis memorias. Y mis memorias al final se ordenaron alrededor del agua".
Un texto a mitad de camino entre el ensayo, el dietario, la novela de aventuras y la autoficción. Lleno de anéctotas, de personajes, de mujeres, pero bañadas siempre por el agua. Durante la promoción volvía a defender a Donald Trump, a pesar de considerarse comunista. "Trump es un fenómeno que hace que la gente se rebele contra el establishment, contra la élite. Pero Putin pertenece a otro tiempo pasado, todavía vive en dimensiones pasadas. Trump es un hombre más actual, pero eso no le hace más efectivo".
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...