Ocio y cultura

Los trabajadores de la cultura critican las medidas del gobierno para el sector: "son insuficientes"

La Unión de Actores y Actrices explica que los trabajadores del sector tienen muy difícil acceder las prestaciones y ayudas aprobadas por el gobierno en los últimos días

Imagen de una edición de 2019 de los premios de la Unión de Actores y Actrices / EFE

Madrid

Los actores y actrices vuelven a lanzar un mensaje de alarma por la precariedad de su situación. Con cines, teatros y salas de espectáculos cerrados, la situación laboral empeora cada día. La Unión de Actores y Actrices, el sindicato que aglutina a los intérpretes de nuestro país, considera insuficientes las ayudas del gobierno para el sector cultural, un sector marcado por la inestabilidad laboral.

Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores y Actrices, critica duramente esas medidas aprobadas. Dice en la SER, que el Ministerio de Cultura "vendió" como unas medidas de apoyo que contemplaban la especificidad del sector, pero en realidad no llegan a completar nada de eso. "No tienen en cuenta la intermitencia del sector, los ERTES no nos afectan a casi ninguno, solo a algunas empresas teatrales o grandes musicales como El Rey León o Billy Elliot, porque en artes escénicas se despide o se suspende el contrato".

Guevara explica que para los trabajadores del sector es muy difícil acceder a la cotización suficiente para cobrar la prestación por desempleo, y muy pocos se pueden acoger al Artículo 33 del Decreto, aprobado el martes, que establece un subsidio de 440 euros, siempre que exista un contrato de dos meses. "Eso, en nuestra profesión, es casi un lujo", explica.

"Todas las medidas que se suponen que nos afectan a los trabajadores de la cultura, no nos vale ninguna", añade Guevara, que sostiene que el ministerio de Rodríguez Uribes sigue sin reaccionar, a pesar de que le han pedido "una ventanilla única especializada en el régimen especial de artistas, pero no hay funcionarios". El secretario general del sindicato admite que están muy preocupados. "La desolación de no ingresar dinero desde hace un mes está ahí, nosotros sí nos estamos quedando atrás".

La Unión de Actores piensa que con el Estatuto del Artista implantado en su momento, esto no estaría pasando. "El Estatuto reconoce que somos trabajadores intermitentes. El último decreto del ministerio nos llama temporales, volátiles... para no decir que somos intermitentes. Es una sensación muy extraña porque no sabemos por qué no se ponen en contacto con nosotros y no tienen en cuenta la especificidad del sector, el horizonte es tremendo y necesitamos un plan".

Eso mismo explican desde ALMA, el sindicato de guionistas. Ellos también han lanzado varias peticiones al gobierno. Piensan que todo lo que establece el Estatuto del Artista evitaría esta situación de indefinición en la que se encuentran los trabajadores de la cultura. Todo el sector audiovisual y de las artes escénicas tiene una peculiaridad intrínseca: un ciclo productivo en el que cualquier cambio en una fase afecta a las siguientes. Ese efecto dominó va a hacer que muchas películas y series no cumplan los plazos establecidos o, directamente, ni logren realizarse.

"El audiovisual es un sector caracterizado por la intermitencia, que no es lo mismo que la temporalidad, ni la estacionalidad",  recalca Ana Vera, directora general de ALMA. Es una realidad diferente a la de otros sectores en nuestro país que, por lo tanto, en una situación como la generada por la COVID19, necesita medidas diferentes. "Para salir adelante de esta situación, el fin de obra se tendría que haber incluido como ERTE. No les está llegando toda la información a los trabajadores y en los casos de despido, todavía es aún peor", alertan. "Establecer los cauces para demostrar que los despidos entre el 9 y el 20 de marzo se debieron a la emergencia del coronavirus".

Ofrecer protección eficaz a profesionales autónomos para poder continuar con su trabajo hasta la reactivación de forma regular de la actividad productiva audiovisual, y en particular de su previsión del cobro de derechos de autor, diferido por la prohibición de acudir a teatros y cines y por tanto de estrenar y poner en el circuito las obras en cuestión.

Por su parte, Jesús Cimarro, presidente de la Federación que agrupa a los empresarios y teatros de España (FAETEDA), cree también que dichas medidas son "insuficientes, pero estamos trabajando con el INAEM para que se implementen otras medidas que nos han dicho que se van a publicar en breve, sobre las funciones que se han perdido o sobre las ayudas, y estamos pendientes de que se expongan". "Hay que hacer un trabajo de pedagogía con el ministerio de Trabajo, aunque me consta que Cultura lo está haciendo, y deberían saber que hay un sector de la cultura, que hay que entenderlo, y que tiene sus propias características".

Medidas de apoyo de la Comunidad de Madrid

Cimarro, que también está al frente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, explica que llevan dos semanas trabajando con la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid y avanza las medidas que se van a adoptar en materia cultural: se adelantan las resoluciones de la convocatoria de ayudas de febrero y una parte del pago será por anticipado, algo que nunca se había hecho; se aprueba un presupuesto de 2 millones de euros como patrocinio para las salas de teatro de Madrid; se apoyará a las compañías madrileñas a través de los festivales de la Comunidad, tanto el Festival de Otoño como Teatralia. En relación con la Red de Teatros, se posponen las actividades previstas al segundo semestre del año y se pedirá a los ayuntamientos de Madrid que amplíen los días de exhibición de las funciones.

En el caso de las funciones teatrales, en los espacios de la Red de Teatros, la Comunidad de Madrid se hará cargo del 80% del caché y el ayuntamiento que programa las funciones, del 20%. En el caso de la danza, el 95% del caché de la compañía correrá a cargo de la Comunidad y el resto, del ayuntamiento. Además, se añade una campaña de promoción al inicio de temporada, en septiembre, para animar al público a volver a los teatros.

El empresario añade que, a pesar de la cancelación del Festival de Edimburgo, el de Mérida sigue en pie. Explica que se han puesto plazos y, "si el 15 de mayo se ha levantado el confinamiento y empieza la actividad normal, de forma prgresiva, en julio se pueden hacer los festivales". El director del Festival de Mérida cree que "en Gran Bretaña, la situación está siendo distinta de la nuestra, nosotros llevamos semanas de antelación respecto a ellos".

Por su parte, la Academia de Cine ha propuesta la creación de una mesa del sector cultural, donde invitan a todos. Una mesa para la reconstrucción de las industrias culturales, como la ha definido el presidente de la institución, el cineasta Mariano Barroso. En ella invitarán a músicos, compañeros de las artes escénicas, editores y otros compañeros del sector que quieran sumarse al proyecto "Es una iniciativa que vamos a impulsar de forma inmediata, y así se lo vamos a trasladar al Ministerio de Cultura y a Presidencia del Gobierno", explica barroso en una carta enviada a los socios académicos.

La música, otro gran perjudicado

La crisis por la pandemia del coronavirus se cobrará una factura de al menos 100 millones de euros de pérdidas directas en el caso de la industria discográfica española, según un informe interno que ha elaborado esta misma semana PROMUSICAE, la patronal que aglutina en España a más del 95% del sector. Este descalabro económico directo será aún mayor si se produce una más que previsible recesión económica durante los meses posteriores al final de la pandemia sanitaria y podría suponer unas pérdidas de más de un tercio de la facturación del sector en 2020.

Los grandes festivales de verano están en el aire con la cancelación, anunciada el pasado sábado del Primavera Sound, el primer gran certamen de la temporada que pospone sus fechas de cancelación por el coronavirus. Infinidad de conciertos y festivales han sido suspendidos ya. Por eso, la preocupación entre los promotores es máxima porque estiman pérdidas de 700 millones de euros, “si nos centramos en la aportación del sector de la música en vivo a las arcas del Estado estamos hablando de seis veces más; es decir, el sector dejará de ingresar 4.000 millones de euros”.

A todo esto hay que sumar la pérdida ante la devolución de entradas. Ayer el ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunciaba que todo usuario iba a recibir la devolución del importe de los evenos cancelados. Lo que supone un gasto notable para los promotores. Hace días que los promotores de eventos musicales habían pedido al gobierno justo lo contrairo, no estar obligados a devolver el dinero de las entradas. Tampoco a devolver los gastos de gestión cargados en la emisión de una entrada para un evento.

Los sindicatos musicales también están preocupados. Insisten en esa intermitencia característica del sector. Demandan, entre otras medidas, una prestación específica para trabajadores musicales. Muchos artistas han visto canceladas sus actuaciones, habiendo hecho una inversión previa y sin ningún tipo de seguridad. También demandan que se abra una negociación con las plataformas, como Spotify, Apple o YouTube, para renegociar el reparto de derechos.


 
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