Visita guiada (y teatral) a una sesión de BDSM
El Teatro de La Abadía programa una performance sobre BDSM dentro de su programación de 'Teatro Confinado', para 20 espectadores y a través de la plataforma Zoom
Madrid
No hay sexo explícito, ni es un show pornográfico, pero el espectador asiste a una sesión de BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) . El colectivo Laboratorio de Acción Escénica Vladimir Tzekov representa, a través de la plataforma zoom y para 20 espectadores, una Visita guiada a una sesión de BDSM dentro de la programación de Teatro Confinado que ha puesto en marcha estos días el Teatro de La Abadía de Madrid.
Se trata de una performance que muestra a dos actores: uno que da las órdenes y otro, un bailarín, que las ejecuta, en lo que pretende ser un juego de exhibicionismo y voyerismo, pero que explora -más allá de lo sexual-, las relaciones de poder con las que convivimos en nuestra vida cotidiana. Manuel Bonillo, director y actor de la compañía, explica que la propuesta "es mucho más comedida y elegante de lo que pueda parecer en un principio, y nos parece que está bien quedarnos cortos antes que pasarnos en lo que se refiere a la información visual".
Bonillo detalla que "hay un texto, que voy guiando yo, y un bailarín de la compañía intenta traducir mis palabras a su cuerpo, y se le dará opción al público a que pueda participar en esta orgía intelectual colectiva y que enciendan sus cámaras y pongan sus cuerpos en la palestra, enseñando lo que quieran".
La pieza forma parte de un proyecto que este colectivo llama PAAR (Práctica Artística AntiRealista) nº1: Dominio Público, que viene desarrollando desde hace años y que incluye acciones performativas y un canal de YouTube con este nombre. Su director sostiene que el BDSM que "es una práctica muy estigmatizada, por desconocimiento, y creemos que muchos de los deseos que la forjan son compartidos por muchísima parte de la población y nosotros planteamos un dispositivo de poder asimétrico consensuado, con intención sexual".
Manuel Bonillo señala que en la pieza establecen un paralelismo entre el BDSM y un espectáculo de teatro: "La estructura es igual, en un espectáculo de teatro hay alguien que tiene más poder, que son los intérpretes, el público está en una posición de sumisión y, además, también hay un consenso porque la gente que va a un teatro sabe que se tiene que sentar en una butaca, guardar silencio..."
"Nosotros partimos de la base de que se puede practicar BDSM sin estar follando", dice el director, "lo que intentamos es que la gente vea lo que hace en sus comportamientos sexuales, pero también en su vida normal". Manuel Bonillo sostiene que en nuestra vida "nos sometemos constantemente o dominamos constantemente a gente, en las interacciones que tenemos todo el rato siempre hay alguien que ejerce el poder y alguien que lo está recibiendo".
Esta Visita guiada a una sesión de BDSM se suma a otras piezas ya estrenadas por La Abadía desde que empezara el confinamiento -Sea Wall y Esto es agua- y se añade a la que propone también la compañía Los Bárbaros en la obra Tras los pasos de Augusto Maderira Mendes, una pieza de teatro documento que juega con las fronteras entre la realidad y la ficción, y en la que abordan conceptos en torno al poder, la imaginación y la identidad.