Los jóvenes entre 18 y 39 años presentan más ansiedad y sentimiento de soledad que los mayores de 60
Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid mide el impacto psicológico del coronavirus y de la situación de confinamiento
Madrid
La cátedra Contra el Estigma de Grupo 5 y la Universidad Complutense de Madrid está analizando el impacto psicológico del coronavirus y la situación de confinamiento derivada del estado de alarma decretado por el Gobierno para combatir la propagación del virus, en la que los más jóvenes de la muestra, los que tienen entre 18 y 39 años, son los que presentan "más ansiedad, depresión y síntomas somáticos, así como un mayor sentimiento de soledad y falta de compañía".
Así se concluye de los primeros resultados del estudio, que tiene en cuenta la población española mayor de edad y las primeras semanas de confinamiento: del 21 al 29 de marzo de 2020, difundidos por la Universidad Complutense de Madrid. La muestra en esta primera evaluación se ha compuesto de un total de 3.473 personas, formada por población general.
Se trata de un estudio dinámico y longitudinal que permitirá conocer el impacto de la situación en tres momentos temporales: desde el inicio de la situación de cuarentena y primeras semanas de alarma, una evaluación pasadas de cuatro a tres semanas de cuarentena y una última medición una vez superada la situación de alarma y emergencia decretadas, con el objetivo de "ofrecer una panorámica de la situación real de la población en cada uno de los momentos clave del confinamiento".
En cuanto al estado de ánimo, más de la mitad de las personas entrevistadas (60%) indican que han sentido poco interés o placer en hacer cosas y se han sentido varios días decaídas, deprimidas o sin esperanzas. El 15% ha tenido esa sensación más de la mitad de los días.
Un 70% reconoce nerviosismo o angustia
Asimismo, un 70% de las personas que han participado en el estudio reconoce haberse sentido, durante algunos días, nerviosas, angustiadas o tensas y más de la mitad, un 55%, han sentido que no eran capaces de dejar de preocuparse o de controlar la preocupación.
Por tramos de edad, los más jóvenes, los que tienen entre 18 y 39 años, son los que presentan "más ansiedad, depresión y síntomas somáticos, así como un mayor sentimiento de soledad y falta de compañía". Por el contrario, los mayores de 60 se muestran "más tranquilos y reconocen controlar mejor sus emociones", aunque refieren un mayor sentimiento de discriminación ante la enfermedad que los jóvenes.
En cuanto al sentimiento de soledad, un 45% de la muestra dice sentir que le falta compañía (el 11% lo siente a menudo). Un 37% reconoce que se ha sentido algunas veces aislado de los demás (el 16% a menudo) y el 25% se ha sentido excluido o discriminado por sus vecinos (5% a menudo), siendo los jóvenes (18-39) los que más soledad han sentido y los que reflejan un "menor auto-cuidado emocional".
Apoyo social
Respecto al apoyo social durante el confinamiento, tres de cada cuatro encuestados dicen poder hablar de sus problemas con su familia y amistades obteniendo apoyo cuando lo necesitan; las personas casadas o con pareja de hecho reportan los mayores niveles de apoyo social percibido.
Ante una situación dolorosa o complicada, como la provocada por el COVID-19, el 96% intenta regular sus emociones, pero sólo el 60% lo consigue la mayoría de las veces. Casi el 90% de las personas encuestadas se siente en paz consigo mismo, tres de cada cuatro siguen creyendo que su vida tiene pleno sentido y más de la mitad mantienen un sentimiento de armonía interior, mostrando mejor situación los mayores de 60 años.
Aunque los factores de riesgo y de protección no son completamente idénticos para cada tipo de problema psicológico analizado, se puede avanzar un comentario general sobre los factores de riesgo y protectores comunes más relevantes puestos de manifiesto en el estudio actual, han señalado desde la cátedra dirigida por el catedrático de Evaluación y Diagnóstico Psicológico de la UCM, Manuel Muñoz.
Así, los principales factores de riesgo, detectados en esta primera fase, son: ser joven (entre 18 y 39 años); estar soltero y sin pareja ni empleo; tener trastornos psicológicos o enfermedades pulmonares o cardiovasculares previas, así como convivir con personas diagnosticas de Covid o manifestar síntomas.
Factores protectores
Por el contrario, en cuanto a los factores protectores se detectan variables como una situación económica saneada, tener hijos o pareja, ser mayor de 60 años, o disponer de información fiable y suficiente sobre el COVID-19, pero no excesiva.
Algunas variables analizadas muestran resultados algo más complejos que merecen un comentario específico y un seguimiento en las siguientes oleadas del estudio. Así, las mujeres parecen tener un mayor número de problemas relacionados con el estado de ánimo, mientras que los varones los tienen en mayor medida de ansiedad y post-traumáticos.
Los sectores profesionales dedicados a los transportes y los cuerpos de seguridad son aquellos que reportan peor estado de ánimo, ansiedad y síntomas de estrés postraumático, mientras que el dedicado a la comunicación revela más síntomas de tipo somático.
Respecto a los sanitarios, los autores del estudio constatan que, aunque ya presentaban niveles elevados de malestar, se encontraban al inicio de la situación y no habían llegado a los niveles de saturación e impacto actuales.