Editores, libreros y distribuidores firman un manifiesto en defensa del libro

Madrid

Editores de Anagrama, Periférica, Nórdica, Visor o Maeva. Librerías como Lagun o Berkana, y distribuidoras como UDL. Centenares de libreros, editores y distribuidores de toda España firman un manifiesto en defensa del libro, un sector que prevé pérdidas de hasta mil millones de euros provocadas por el cierre de librerías y la parálisis de la cadena del libro, apenas alimentada por las ventas online y descargas de libros electrónicos. En su escrito recuerdan que "una sociedad sana depende de la pluralidad de voces que se escuchan en ella y la diversidad de una parte importante de esas voces, las que se expresan mediante libros, ahora está en peligro".

Un manifiesto en el que el sector dice estar viviendo la situación actual con "la perspectiva de al menos un semestre perdido" al estar paralizada la producción, la distribución y la exportación de libros, por lo que consideran "indispensable" que "el Estado, las autonomías y los municipios promuevan medidas de calado, fiscales, crediticias y de subvenciones específicas que atiendan las necesidades de los subsectores que componen el mundo del libro y ayuden a recuperar un nivel de ingresos adecuado para su supervivencia".

Los firmantes, más de trescientos, consideran que el sector se encuentra actualmente "en riesgo de colapso", una situación que podría paliarse si se aplicaran "facilidades crediticias que impulsen las Administraciones para paliar la profunda crisis de liquidez que supone el cierre de los comercios", créditos "que deberían estar avalados por el Estado al 100%" que contribuirían a evitar la suspensión de pagos en cadena y que deberían extenderse "a todas las librerías y editoriales, aun a las más pequeñas, aquellas que los bancos suelen ignorar a la hora de conceder créditos". En su manifiesto, el sector recuerda que las editoriales independientes con menos de diez empleados representan en España más del 85% de las empresas dedicadas a la edición de libros.

El sector propone en su manifiesto una batería de medidas concretas, entre ellas que se estudie la posibilidad de "ayudas a fondo perdido para algunas editoriales y librerías que no puedan afrontar con éxito la salida de la crisis" y que el Estado "participe activa y rápidamente" en la lucha contra la piratería en el mundo del libro, ya que dicen haber detectado "un aumento enorme de los casos de piratería desde que comenzó el confinamiento".

Otras de las medidas que proponen son: Recuperar las cifras de compras institucionales anteriores a 2010 para bibliotecas públicas; modificar la ley de contratos públicos para hacer posible compras menores de las distintas administraciones públicas que no excluyan a pequeñas y medianas empresas, como ocurre hoy; actuaciones que promuevan el reencuentro de los lectores con las librerías cuando estas puedan abrir sus puertas; dotar a las bibliotecas públicas y municipales de fondos para la compra en librerías de proximidad, ya que hay librerías que por su tamaño no pueden acceder a las licitaciones de compras públicas; que se sancionen los incumplimientos de la ley que prohíbe compras de escuelas y bibliotecas con descuentos superiores al 15% legal a través de editoriales y distribuidoras, y que se exonere de impuestos estatales, comunitarios o municipales por un tiempo limitado a aquellas librerías con facturación anual menor de 250.000 euros que puedan verse especialmente afectadas por la crisis.