Patinetes eléctricos para ayudar a los colectivos de riesgo

Madrid

En Granada, un grupo de persona se ha organizado para repartir medicinas y otros bienes de primera necesidad a quienes más lo necesitan utilizando como medio de transporte sus patinetes eléctricos. Están trabajando durante todo el día de manera altruista con hospitales, centros de salud, mayores y otros colectivos vulnerables. El promotor de esta idea se llama Sergio Ruiz y así le ha contado a Carles Francino en La Ventana su iniciativa Patinetes Eléctricos Solidarios

Sergio es miembro de la Asociación para la Movilidad personal y Ecológica de Granada que trabaja para regular los patines eléctricos y similares, y organiza quedadas para compartir experiencias relacionadas con este método de transporte. De hecho habían conseguido una ordenanza en Granada que respetaba tanto a peatones y como a los patines porque sus reivindicaciones están relacionadas con el deseo de que sean considerados como una bicicleta y se habilite un espacio para su circulación. Con la crisis sanitaria la ordenanza se ha parado pero pronto se podrá poner en marcha.

Él está estudiando un máster en Prevención en Riesgos Labores, tiene 33 años, hizo magisterio y Relaciones Labores y cuando estalló la crisis sanitaria pensó que podía ayudar y se lo propuso a otros compañeros. Empezaron 7 y ahora son como 50 personas. Trabajan gratis desde las 9 de la mañana hasta la noche ayudando a quien lo necesite.

Están ayudando, por ejemplo, a pacientes oncológicos a los que no se les recomienda ir al hospital pero necesitan su medicación, a multitud de colectivos vulnerables que no deben ir al hospital porque tienen las defensas bajas. Trabajan con todo tipo de enfermos y gente mayor, ellos les llevan en patín las medicinas o les ayudan con las recetas.

Ellos tienen un permiso del Ayuntamiento y van muy protegidos. Él, como está estudiando riesgos laborales, es muy meticuloso y además cuando hay gente con coronavirus va él personalmente porque controla más la situación. Guantes, mascarillas, protocolo de actuación, se recomienda el pago con medios electrónicos, etc, para garantizar el mínimo contacto y la seguridad de todos.

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Sergio nos cuenta que está siendo una experiencia increíble, no se puede comprar un kilo de satisfacción, dice. Se está encontrando con muchas historias inolvidables como un matrimonio de dos personas de 90 años que están solos y necesitan que les lleven lo más necesario, están muy asustados. Madres solteras en riesgo de exclusión a las que les llevan su kit de Cáritas. Una viuda que estaba muy deprimida y le han animado a que tome clases de pintura cuando esto termine, etc.