La hidroxicloroquina no da ninguna ventaja frente al coronavirus, según un estudio publicado en 'The Lancet'
Su uso aumentó la mortalidad y otros problemas graves de salud
Madrid
Por si la presión que implica la propia enfermedad no fuera suficiente, cada vez que un personaje reconocido respalda el uso de un tratamiento frente al coronavirus, introduce otro elemento más de presión sobre la comunidad médica. Es lo que pasó cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió la hidroxicloroquina como el tratamiento que él estaba tomando preventivamente para protegerse de la COVID-19. “Existe una enorme presión para proporcionar guías clínicas básicas, porque su uso se ha extendido”, reconocen los autores de un informe publicado este viernes en The Lancet sobre el uso de este medicamento.
Así que se pusieron a estudiarlo, para verificar si realmente aporta algo para mejorar la situación de quienes sufren la COVID-19. Y su conclusión es que no: no han podido confirmar ningún beneficio, pero sí que han apreciado que su uso tiene dos consecuencias, una menor tasa de supervivencia y la otra la aparición de otros problemas serios, como arritmias ventriculares.
El estudio se ha hecho con los datos de 96.032 pacientes diagnosticados de COVID-19 e ingresados en 671 hospitales de seis continentes entre diciembre de 2019 y abril de este año. Es el mayor estudio hecho al respecto y consistió en analizar a los pacientes divididos en cinco grupos: a un grupo se le trató con hidroxicloroquina y macrólidos; a otro con sólo hidroxicloroquina; a un tercer grupo con cloroquina, y a un último grupo con cloroquina y macrólidos. Había además un grupo de control, el de aquellos a los que no se les proporcionó ninguno de estos tratamientos.
Los cinco grupos estaban armonizados para no incluir a quienes, por ejemplo, estuvieran tomando otros tratamientos o tuvieran condiciones que pudieran alterar las apreciaciones del estudio. Se incluyó tanto a hombres como mujeres, de diferentes condiciones físicas, edades y países, con una amplia gama de comorbilidades y homologando los periodos desde que se manifestaba la enfermedad y se iniciaba el tratamiento.
Los autores no pudieron aprecian ningún elemento que les llevara a pensar en la utilidad de este medicamento. Pero sí que vieron que en los cuatro grupos a los que se les proporcionó el tratamiento la aparición de arritmias ventriculares se disparaba respecto al grupo de control. Y lo mismo pasaba con la mortalidad: 9,3% en el grupo de control, y de hasta 23,8% entre los que recibieron hidroxicloroquina combinada con macrólidos.
Tampoco redujo el porcentaje de quienes terminaban en UCIs o con ventilación intrusiva. Así que concluyen que “el uso de hidroxicloroquina y cloroquina frente a la covid-19 está basado en la amplia difusión dada a un grupo pequeño de estudios hechos sin control”.
La hidroxicloroquina es un medicamento conocido y aprobado por las agencias farmacéuticas correspondientes, pero para tratamientos contra otros enfermedades, como la malaria. Así que el estudio recuerda que su uso es “generalmente seguro” cuando se utiliza para los fines para los que se aprobó. La idea de que era útil frente al sars-cov-2 ha llevado a que algunos gobiernos, como el de Brasil, hayan acopiado este medicamento, poniendo en riesgo el suministro para quienes de verdad lo necesitan, “mientras se extiende su uso [ante la pandemia] con escasa consideración por los potenciales riesgos que conlleva”.