¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?
La Junta de Castilla y León ha confirmado este jueves un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (F.H.C.C) en un varón de Salamanca tras la picadura de una garrapata
El impacto de la enfermedad se considera bajo dado que aunque pueda ser una enfermedad grave el número de personas afectadas no sería elevado y se dispone de medios adecuados de aislamiento y control de los casos
Madrid
La Junta de Castilla y León ha confirmado este jueves un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (F.H.C.C) en un varón de Salamanca tras la picadura de una garrapata, es el quinto caso que se produce en España desde que se identificó por primera vez el virus en 2010 en garrapatas de la especie 'H. lusitanicum' recogidas en una finca de Extremadura.
La Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una antropozoonosis causada por un virus del género Nairovirus, perteneciente a la familia Bunyavididae. Se trata de una enfermedad vírica, emergente en Europa Occidental, que es transmitida mediante la picadura de una garrapata (predominantemente Hyalomma spp.). Los primeros casos en humanos fueron reportados por investigadores rusos en la década de los 40 y se aísla por primera, vez en el Congo, varios años después (1956) según la Red de Investigación Colaborativa de Enfermedades Tropicales dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
¿Cuáles son los síntomas y cuándo aparecen?
La evolución de la infección puede ser hacia formas graves con fallecimiento en un 2-30% de los casos. Aunque no se ha determinado con exactitud, un alto porcentaje de infectados no llegan a presentar ningún síntoma, en un estudio en Turquía con más de 3.000 muestras analizadas se estimó que hasta el 90% de los infectados no llegaron a tener clínica.
La FHCC en el ser humano evoluciona en 4 fases: periodo de incubación, desde la picadura hasta la aparición de los primeros síntomas transcurren entre 3 y 7 días; seguido del periodo prehemorrágico, súbitamente aparece fiebre alta (39-40ºC), dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, mareos, vómitos, enrojecimiento de cara, cuello o tórax, congestión ocular (ojo rojo) o conjuntivitis. Aquí, es frecuente que existan cambios en el estado de ánimo, con irritabilidad y la persona puede llegar a estar confusa.
Luego está, el periodo hemorrágico, cuando aparecen hematomas pequeños (petequias) que luego pueden hacerse más grandes en piel y mucosas, y se pueden producir sangrados por la nariz y las encías o la orina, además de que también pueden aparecer vómitos de sangre o heces negras. Aquí es frecuente que se agrande el tamaño del hígado y que la piel y mucosas se ponga de color amarillento (ictericia), y en los casos más graves se puede producir una reducción del nivel de conciencia.
Finalmente, el periodo de convalecencia o recuperación que comienza pasados 10-20 días del inicio de la enfermedad puede ser lento y tener algunos síntomas como pulso débil, afectación de algunos nervios, dificultad para respirar, sensación boca seca, disminución de la agudeza visual, pérdida de audición y de memoria.
¿Cómo se contagian las fiebres hemorrágicas virales?
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una enfermedad endémica en muchos países de Europa, África, Asia y Oriente Medio. Estas patologías se consideran una zoonosis ya que los virus, en su ciclo natural, se multiplican en un animal reservorio o en un artrópodo que actúa como vector. Algunos de ellos utilizan diferentes roedores, domésticos o silvestres, como reservorios. En estos casos, la infección se produce esencialmente por contacto con las secreciones y excreciones de los animales infectados.
El virus se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante la matanza, ya que está presente en ganado bovino salvaje y doméstico como ciervos, ovejas, cabras y liebres. Puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
¿Quiénes son los más afectados?
El principal grupo de riesgo serían los trabajadores expuestos a la picadura de garrapata como los ganaderos, agentes forestales o agricultores y los que realizan labores de sacrificio, desollado de animales y cardadores de lana. Así mismo, los cazadores y las personas que realizan actividades lúdicas al aire libre en zonas rurales sin la debida protección, tendrían un mayor riesgo de picaduras.