Josu Ternera sale de la cárcel francesa en la que estaba detenido
El exdirigente etarra pasa a arresto domiciliario con salidas controladas mediante un brazalete electrónico
París
El histórico dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, conocido como Josu Ternera, salió este jueves de la cárcel parisiense de la Santé, donde estaba detenido desde mayo de 2019, para pasar a arresto domiciliario en un piso de la capital francesa con salidas controladas mediante un brazalete electrónico.
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Ternera, de 69 años, ha salido a las 10.38 de la prisión en el coche de su abogada, que había entrado un cuarto de hora antes en la penitenciaría.
Un grupo de simpatizantes abertzales, que esperaban su salida junto a los dos hijos mayores de Urrutikoetxea, ha tapado con paraguas las ventanas del vehículo para tratar de impedir que se tomasen imágenes del exjefe de la banda terrorista, autorizado a dejar la prisión por razones de salud.
Su hijo Egoitz Urrutikoetxea ha señalado que la situación de su padre "es una nueva etapa que le permitirá presentarse libre ante las autoridades judiciales para defenderse".
Para él, la decisión del Tribunal de Apelación de París "pone en cuestión la construcción de las demandas (de extradición y entrega) formuladas por las autoridades judiciales españolas", y también "abre la vía, en el marco estricto de aplicación de la ley, a arreglar la cuestión de los presos vascos".
El tribunal explicó el miércoles que este régimen de arresto domiciliario se autoriza por un periodo de seis meses y que el etarra tendrá que presentarse a todas las citaciones de la justicia, deberá entregar sus documentos de identidad y no podrá salir del territorio francés.
Se alojará en la vivienda de una profesora universitaria de la prestigiosa Escuela Normal Superior en el distrito III, en pleno centro de la capital francesa, y podrá salir dos horas por la mañana y cinco por la tarde de lunes a viernes y otras seis los sábados y los domingos.
La Justicia francesa autorizó la salida de Ternera de la cárcel de París, en la que lleva desde que fue capturado en los Alpes franceses en mayo de 2019 y tras 17 años de clandestinidad, por el riesgo para su salud de contagiarse con el coronavirus.