"Deberíamos fijarnos en lo que ha pasado en Israel": un premio Nobel, preocupado por la 'vuelta al cole'
Mientras la OMS advierte de que reabrir las escuelas donde la transmisión sea alta "empeorará la situación", un informe de la ONU alerta de que prolongar el cierre de los centros puede suponer una "catástrofe generacional"
Madrid
El economista Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, ha criticado esta semana en su cuenta de Twitter (con 4,6 millones de seguidores) que EEUU no ha aprendido de los errores cometidos por otros países durante la gestión de la crisis del coronavirus y que ese ha sido uno de sus grandes errores.
Krugman, concretamente, se ha centrado en el impacto que puede tener la reapertura de los colegios —"ahora que muchos en el país se están preparando— y ha acompañado su reflexión de un gráfico que muestra el súbito incremento de los casos de coronavirus en Israel tras la reapertura de los centros educativos.
"Deberíamos fijarnos en lo que ha pasado en Israel", apostilla Krugman. Y es que, desde principios de julio, el país registra más de un millar de contagios diarios, habiendo llegado a picos de 2.000 infecciones nuevas detectadas en 24 horas.
Desde que comenzó la crisis sanitaria, a finales de febrero, en Israel (con 9 millones de habitantes) han muerto por coronavirus 561 personas y más de 76.000 han dado positivo. En estos momentos, hay cerca de 25.000 casos activos, 341 de ellos graves y un centenar conectados a respiradores, por lo que el Gobierno se plantea dar luz verde a medidas más restrictivas, incluidos los toques de queda.
La recomendación de la OMS
El director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el irlandés Mike Ryan, ha explicado este miércoles que reabrir las escuelas donde la transmisión del coronavirus aún sea alta "sólo empeorará la situación".
Mientras aumentan las dudas en muchos países sobre la viabilidad de reiniciar el curso escolar, después de que el anterior quedara parcialmente interrumpido por la pandemia, Ryan ha aconsejado que se haga sólo si los niveles de contagio son bajos y hay preparadas medidas de reacción en caso de aparición de positivos.
"Todos queremos que los niños vuelvan a clase", ha asegurado el irlandés, aunque es necesario que "ellos y los profesores lo hagan en un marco seguro", ha añadido en una sesión de preguntas de internautas retransmitida por la OMS.
¿Catástrofe generacional?
Pero la pandemia ha provocado un complejo conflicto de intereses. La ONU ha pedido este martes a todos los países que den prioridad a la reapertura de sus escuelas en cuanto tengan controlada la transmisión local del coronavirus para evitar una "catástrofe generacional".
"Vivimos un momento decisivo para los niños y los jóvenes de todo el mundo. Las decisiones que los gobiernos y los asociados tomen ahora tendrán un efecto duradero en cientos de millones de jóvenes, así como en las perspectivas de desarrollo de los países durante décadas", señaló su secretario general, António Guterres, en un mensaje en vídeo.
Según datos de la ONU, el mundo ya sufría una “crisis de la educación” antes de la pandemia, con más de 250 millones de niños en edad escolar que no estaban escolarizados. Y a mediados de julio las escuelas permanecían cerradas en más de 160 países, lo que afecta a más de 1.000 millones de estudiantes, y más de un centenar de naciones aún no han anunciado fechas para la reapertura.
Las dudas de Brasil
Brasil se enfrenta en estos días al dilema de que sus estudiantes regresen a clase o permanezcan con aulas virtuales, en medio del recelo de padres y profesores ante una pandemia que no cesa y que esta próxima a dejar 100.000 víctimas.
Algunos estados, como Maranhao (noreste) y Río de Janeiro (sureste), han autorizado esta semana el regreso presencial a clases de las escuelas privadas, aunque la medida no es aplaudida por muchos padres y profesores que consideran prematura la reapertura de los colegios. Según un estudio divulgado la semana pasada por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el principal centro de investigación médica de Latinoamérica, la disminución en el número de casos y de muertes no es el único indicador a tener en cuenta para el regreso a las clases y el retorno sólo debe hacerse cuando "todas las demás actividades ya estén funcionando".
En Brasil, el promedio de muertes continúa por encima del millar diario y se espera que la cifra llegue a las 100.000 víctimas esta semana, eso sin contar el número de casos, que ya supera los 2,7 millones y que ubica a Brasil como el segundo país más afectado en el mundo por la pandemia.
El modelo de Nueva York
Nueva York, la ciudad de la que es oriundo Paul Krugman, presentó el pasado 31 de julio un plan para la reapertura de las escuelas públicas, que combina clases presenciales y a distancia, pero adelantando que los estudiantes no volverán a los colegios si la tasa de pruebas positivas llega al 3 % en la ciudad.
El parámetro fijado por el alcalde, Bill de Blasio, va más allá del 5 % marcado por las autoridades del estado, una decisión que justificó por la gran densidad de población de Nueva York y por el hecho de que la ciudad fue durante la primavera uno de los grandes focos mundiales de la pandemia.
El plan de Nueva York, que cuenta con más de 1.800 centros y más de un millón de alumnos, es que a partir de septiembre cada alumno vaya a clase entre uno y tres días a la semana con el fin de facilitar el distanciamiento social, mientras que el resto de jornadas las seguirán desde sus hogares.
En caso de que se registren uno o dos positivos en un grupo, el protocolo prevé que esa clase se cierre durante 14 días y que todos los alumnos y maestros se sometan a una cuarentena de dos semanas, en la que los estudios continuarán desde casa. Si se registran dos o más casos en diferentes aulas de la misma escuela, se prevé el cierre del colegio al completo durante varios días, mientras se investiga el brote.