Sin distancia y con menos mascarillas: así está siendo la vuelta a clase en Alemania
El país ha abierto los centros educativos tras las vacaciones con un plan de "reapertura normal" mientras el resto de Europa le mira de cerca aciertos y errores
Berlín
Alemania continúa, tras su receso estival, con la vuelta escalonada a las aulas propia del país, con tres centros cerrados por contagios de coronavirus y en medio del debate por la obligatoriedad del uso de la mascarilla. El país se convierte así en el punto de mira para el resto de Europa, que seguirá de cerca el desarrollo de esta apertura de centros para anotar aciertos y errores.
Este lunes retomaron las clases los alumnos de los estados federados de Schleswig-Holstein (noroeste), Brandeburgo (este) y la ciudad-estado de Berlín, con un plan de medidas higiénicas elaborado de manera individual por cada colegio de acuerdo a las indicaciones de su respectivo "land" y adaptado a las características de cada centro.
Una profesora y un alumno positivos
Así, a lo largo de esta semana seguirán incorporándose alumnos y alumnas a las aulas. En Renania del Norte-Westfalia, el estado federado más poblado del país, las clases comenzarán el próximo miércoles.
Alemania retomaba la semana pasada la actividad escolar tras las vacaciones de verano a modo casi experimental con la reapertura de los colegios en Mecklemburgo-Antepomerania -una región esencialmente rural, donde la incidencia de la pandemia está siendo escasa-, así como en la ciudad-estado de Hamburgo.
Tras solo cinco días de clase, el viernes pasado dos centros educativos en Mecklemburgo-Antepomerania se vieron obligados a cerrar por dos casos de coronavirus (una profesora en un instituto de secundaria y un alumno en una escuela primaria).
En Schleswig-Holstein, donde unos 365.000 alumnos debían comenzar el pasado lunes el curso, una escuela de primaria decidió mantener cerradas sus puertas de manera preventiva hasta la semana que viene después de conocerse el positivo de una profesora, que había estado en contacto, además, con otros compañeros durante la preparación del nuevo año escolar.
Sin distancia y a debate las mascarillas
En tanto, el debate sobre el uso obligatorio de la mascarilla en las escuelas se intensifica a medida que los diferentes estados federados se van incorporando a la actividad escolar. Por el momento, es una medida en manos de cada territorio del país y no se prevé acuerdo.
Por ejemplo, en Mecklemburgo-Antepomerania y Hamburgo la mascarilla es obligatoria -salvo en el interior del aula- en todos los centros educativos, a excepción de los de primaria.
También es obligatoria en la ciudad-estado de Berlín y el área vecina de Brandeburgo (este), con unos 350.000 y 294.000 alumnos, respectivamente, que iniciaron el lunes las clases llevando mascarilla en los pasillos, escaleras y comedor, pero de nuevo no en las aulas ni en el patio. En cuanto a la distancia, sigue siendo otra cuestión pasada por alto y en estos centros ha quedado suprimida, es decir, el alumnado no convive con separación.
En concreto, las medidas seguidas son: "utilizar la mascarilla, lavarse las manos regularmente, limitar los contactos", según la responsable de Educación de Berlín, Sanda Scheeres, que informó de ellas a través de una carta dirigida a los padres. Con estas, "otras medidas organizativas ayudarán a mantener el riesgo de infección en nuestros centros escolares al mínimo posible", asegura en el texto.
En Renania del Norte-Westfalia, la mascarilla sí será obligatoria para sus 2,5 millones de alumnos y para los de secundaria y de formación profesional en todos los espacios comunes, incluso dentro del aula.
Mientras tanto, en Schleswig-Holstein, aunque las autoridades recomiendan su uso, descartan imponer su obligatoriedad debido al número relativamente bajo de contagios (3.586) en ese territorio, con 158 muertos, y prefieren confiar en la responsabilidad de profesores y alumnos, según ha apuntado la ministra regional de Educación, Karin Prien.
"Una reapertura normal"
En una rueda de prensa ordinaria, el portavoz del Gobierno federal, Steffen Seibert, recordó que los "Länder" decidieron de común acuerdo una "reapertura normal" de los colegios, con "ciertas medidas de protección e higiene" para contener la pandemia y con el objetivo de que los alumnos "puedan acudir al colegió con normalidad".
Seibert reconoció que se trata de una "tarea exigente" y subrayó la necesidad de mantener el equilibro entre el derecho a la educación y la salud pública. "Es responsabilidad de los 'länder' y esperamos que la asuman", agregó.
Sin embargo, la disparidad de opiniones entre los diferentes dirigentes y otras personas con cargos políticos estatales y regionales acentúan las discrepancias en la propia población.
De esta forma empieza Alemania su plan hacia la normalidad, del que estarán muy pendientes -aunque salvando las distancias- el resto de países europeos que tienen prevista la vuelta al cole próximamente.
Menos medidas también en Francia
Entre ellos, Francia ya se prepara para su arranque, que tendrá lugar el 1 de septiembre y partirá con un protocolo sanitario menos estricto que el aplicado en mayo y junio, cuando ya probaron a reabrir los centros por primera vez tras la pandemia, coincidiendo con el inicio de la desescalada para la población.
En el hilo de Alemania, y muy distinto a como lo planteó anteriormente, el país galo tampoco aplicará esta vez distanciamiento físico entre los alumnos, y la mascarilla solo será obligatoria a partir de los 11 años.
Por su parte, el personal de los centros deberá llevarla cuando no se pueda mantener separación con el alumnado, pero no será obligatoria en las clases de preescolar o cuando se pueda estar a al menos un metro de distancia con alumnos y alumnas.
Dicho personal tendrá derecho a recibir dos mascarillas por cada día de presencia en su centro de trabajo desde el próximo lunes 31 de agosto, cuando los claustros volverán a reunirse en una jornada previa a la llegada del alumnado.
Aunque el Ministerio de Educación francés pide que la jornada escolar se organice de forma que se eviten al máximo las concentraciones de escolares o de padres, se ha eliminado una directiva que instaba a limitar la mezcla entre diferentes clases o grupos.