Calvente basa su acusación en las confidencias de compañeros del partido
El exabogado de Podemos sitúa a del Olmo, Frutos y Mayoral en la cúspide de la trama sobre la financiación ilegal de Podemos
Madrid
José Manuel Calvente, el letrado, que fue despedido de Podemos por una acusación de acoso sexual a una compañera que ha sido archivada, ratificó ante el juez la denuncia que ha presentado por presunta financiación ilegal contra la formación morada. José Manuel Calvente sostuvo el pasado 29 de julio en el juzgado que Podemos celebró cinco contratos "ficticios" en campaña electoral que "podrían ser simulados" y añadió que hay "una serie de indicios" que apuntan a que puede haber dirigentes del partido que se hayan enriquecido. Entre los contratistas figura Neurona, la firma que está en el centro de las investigaciones porque, según la declaración de Calvente, "es una empresa sin personal contratado que presta servicios que estaba prestando el propio partido". Por eso se pregunta "cómo es posible que cobre trescientos mil euros para hacer... humo, es humo, hay cosas muy raras que hacen sospechar". Neurona es una firma que el denunciante vincula a Juan Carlos Monedero, que habría cobrado comisiones por estos contratos: "era vox populi dentro del partido", afirma.
Contratos por servicios no prestados, movimientos sospechosos de dinero o coger dinero de la caja son la base de las acusaciones de Calvente contra Podemos y su cúpula, pero la práctica totalidad de su relato se basa en el testimonio de terceros y cita expresamente a Pablo Fernández, exgerente, o a Mónica Carmona, del área de finanzas del partido. Yo me acordaré toda la vida, dice Calvente ante el juez, "el día en que el Pablo Fernández me dice: José Manuel están metiendo la mano en la caja de Podemos y eso no lo podemos permitir". Es continuo el goteo en la declaración de las cosas que le contaban "empleados del partido" que no termina de identificar porque "estaban asustados" ya que "Podemos es un partido autoritario", según su testimonio "que está amenazando con despidos a cualquier persona".
El tesorero y la mano derecha de Iglesias
Sobre la persona que autoriza los pagos, el letrado señala durante toda la declaración a Daniel de Frutos, el tesorero de la formación morada que también está siendo investigado. "La persona que autoriza todos los pagos es Daniel de Frutos, no hay ningún pago que no sea autorizado por De Frutos, nadie puede disponer de ningún cheque, ni tarjeta si no es Daniel de Frutos. El fiscal pregunta también a Calvente por el papel del secretario de Comunicación y máximo responsable de campaña, Juanma del Olmo, otro de los imputados en el caso. Calvente subraya que montaron "un cuartel general de forma opaca en la campaña" y que "nadie sabe lo que se coció allí". Del Olmo era quien decidía sobre "el presupuesto de la campaña aunque no estaba aprobado" y "con qué empresa se contrataba, incluso la autocontratación".
Caja de solidaridad
Del Olmo, Frutos y también Rafa Mayoral. José Manuel Calvente señala al dirigente de Podemos cuando aborda las presuntas salidas de dinero irregulares de la llamada caja de la solidaridad del partido. "Rafa Mayoral gestionaba las decisiones de la caja", afirma el jurista que añade que los territorios estaban obligados a contratar con Kinema, la cooperativa fundada por Mayoral y que abandonó cuando salió elegido diputado.
Las obras de la sede
El interrogatorio también recoge otros puntos que aparecen en la denuncia de Calvente contra Podemos. Se habla del proyecto de reforma de la nueva sede de Podemos que es otro de los puntos que tiene que aclarar el arquitecto que ha sido llamado a declarar como testigo por el juez. El denunciante califica de "escandaloso" el fraude con la sede. "Primero se licita y solo sale por 600.000 euros en la web. Pasan 10 días y el informático introduce un millón, doscientos mil y pico. Mónica Carmona pidió información y no se lo quisieron dar". "O bien está manipulado el presupuesto para que sea inferior a lo real o es que realmente pusieron un presupuesto creyendo que era eso y después facturaron el doble, alegremente. En cualquiera de los dos casos, no es normal", concluye.