Bielorrusia: historia de amor / odio con Rusia
El presidente Lukashenko, abandonado por la comunidad internacional, ha vuelto sus ojos a Rusia, su tradicional aliado, al que teme por el pasado expansionista de Vladimir Putin, para con las ex Repúblicas Soviéticas.
Madrid
Tras la disolución de la Unión Soviética la república de Bielorrusia se convirtió en un país independiente. Bielorrusia es el último país en el continente europeo considerado como una dictadura, dirigida por Alexandr Lukashenko desde 1994. En las ultimas elecciones de 2015, la oposición no consiguió ningún diputado, solo independientes simpatizantes de Lukashenko.
El gobierno Bielorruso cuenta con el apoyo de su mayor aliado Rusia. Bielorrusia está unida económicamente y políticamente a la Rusia de Putin. Los sectores económicos más fuertes de Bielorrusia son aquellos dedicados a la refinación y a la trata de los recursos naturales provenientes de Rusia, además de ser Rusia su mayor socio comercial.
Ante la turbulenta situación, Lukashenko ha pedido el apoyo de Putin temeroso de que las revueltas fomenten la caída de su gobierno y el posible caos político en el país, y Rusia, se lo ha dado.
Boris Yeltsin, el que fuera presidente de Rusia desde el colapso de la Unión Soviética hasta 1999, y Lukashenko firmaron un pacto por el cual se crearía un órgano que decidiría la política exterior y económica de ambos países mediante una unión de ambos. Pero dicha unificación nunca llegó.
Al no llegar la unificación prometida, Vladimir Putin comenzó a presionar al gobierno de Lukashenko disminuyendo drásticamente las exportaciones de materias primas a Bielorrusia, en los meses anteriores a la pandemia en Europa. Ante la presión rusa, Lukashenko amenazó con robar el petróleo y el gas ruso que pasa por los oleoductos que discurren por Bielorrusia y que conectan Rusia y Europa. Pero ante la actual crisis política, Vladimir Putin ha declarado su apoyo al gobierno de Lukashenko.
A pesar de esa colaboración, muchos bielorrusos no quieren unirse a una Rusia imperialista y era una preocupación mas, después de ver a Putin y Lukashenko reuniéndose en el plazo de tres meses, dos veces. Una en San Petersburgo y otra en Sochi en el mar negro, para intentar llegar a un acuerdo que propiciara la integración entre los dos países. El estado de la Unión, que es como se llama el proyecto de Unión entre Rusia y Bielorrusia, es un organismo supranacional que incluye a ambos estados y que promueve una mayor integración económica, política y social.
Estas no son las primeras protestas masivas en Bielorrusia. En el año 2011 miles de bielorrusos salieron a la calle de forma continuada durante dos meses para exigir la renuncia de Lukashenko. Pero contrariamente a lo que ocurre ahora, entonces no hubo represión. Muchos decían que era como si el propio presidente, estuviera detrás de las manifestaciones y que usaba a los manifestantes para enviarle un mensaje a Putin en el que quedara claro que en Bielorrusia nunca mas se permitiría un mandato ruso.
Pero ahora han cambiado las cosas, y Lukashenko solo y abandonado por la comunidad internacional que incluso estudia sanciones, necesita concretizar un acuerdo con Rusia. Tampoco se fía de Putin, ya que teme que el plan final del “zar” ruso sea absorber Bielorrusia. Según la Constitución Rusa, hay un limite de dos mandatos consecutivos para la presidencia del país, lo que dificultaría que Putin pudiera seguir en el poder. Pero sus maniobras para modificar la constitución, ha llevado a muchos a pensar que va a seguir y con planes expansionistas, tratando de convertir a Bielorrusia en otra Crimea, porque empieza guerras para mejorar su popularidad. Recuerden el Cáucaso Norte, Ucrania, Chechenia y ….. ¿Bielorrusia?
Articulo realizado con la colaboración de Pablo A. Franco García. Estudiante de Ciencias Política e Historia de la Universidad Carlos III de Madrid.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...