Tensión y desconfianza en la nueva ronda de negociaciones post-brexit
El brexit sigue siendo el embrollo fatídico que fue desde un primer momento y del que parece imposible salir sólo con daños atenuados
Los peores augurios van camino de hacerse realidad, cuando arranca la nueva ronda de negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea
Madrid
El brexit sigue siendo el embrollo fatídico que fue desde un primer momento y del que parece imposible salir sólo con daños atenuados. Los peores augurios van camino de hacerse realidad, cuando arranca la nueva ronda de negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. El objetivo es establecer un acuerdo comercial, que entre en vigor cuando finalice el periodo transitorio actual el 31 de diciembre y el brexit sea una realidad con todas sus consecuencias. La actual ronda tiene lugar en Londres hasta el jueves y ha comenzado este mediodía en un ambiente de alta tensión.
Si las cosas ya iban mal la atmósfera ahora es de abierta desconfianza y confrontación. La delegación europea, presidida por Michel Barnier, supo ayer que el gobierno británico prepara una ley para anular algunos de los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Retirada firmado en enero, por el propio Boris Johnson. En él se incluye el protocolo para Irlanda del Norte, territorio que a diferencia del resto del Reino Unido permanecerá dentro del mercado interior. Johnson quiere cancelar los compromisos referentes al control aduanero y las subsecciones estatales a la región.
Este mediodía, en la Cámara de los Comunes el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha reconocido que los planes del gobierno violan el derecho internacional. Lo justifica sin embargo por el bien de ciudadanos de Irlanda del Norte, que por cierto votaron contra el brexit. "Estamos tomando unas medidas razonables y limitadas para crear una red de seguridad y asegúranos de que el gobierno pude cumplir lo prometido a los noirlandeses, en consonancia con el protocolo (del Acuerdo)".
Incumplir un tratado internacional puede tener graves consecuencias para el Reino Unido, políticas, económicas y jurídicas. De hecho, el jefe del departamento legal del gobierno británico ha presentado su dimisión.
Johnson amenaza además con abandonar la mesa de negociaciones si no hay progreso esta semana. "No podemos permitirnos el seguir machacando sobre las mismas cosas después de seis meses de diálogo" ha declarado en un comunicado el negociador británico, David Frost, quien ha pedido a Bruselas, "realismo."
Si lo que trama Johnson con su amenaza es una simple jugada de póker es algo que cabe dentro de lo posible. Pero el primer ministro ya declaró el lunes que, "una salida sin acuerdo sería un buen resultado para el Reino Unido", aunque la patronal y el sector médico, hayan vuelto a insistir, horrorizados, en que algo así sería catastrófico.