Villarejo "fotocopiaba los tacos de billetes" de fondos reservados

Madrid

Las grabaciones del sumario de la operación Kitchen, el operativo supuestamente dirigido por la cúpula de Interior para localizar y destruir con uso de fondos reservados, las pruebas que guardase Bárcenas sobre la caja b del PP y sus dirigentes, no solo revelan a un comisario Villarejo crispado y empecinado en acabar con sus enemigos en la Policía Nacional, el Centro Nacional de Inteligencia o en la política, o persiguiendo negocios de dudosa legalidad.

En ocasiones también se muestra relajado en largas conversaciones con sus amigos. Hasta el punto que parece olvidar que estaba grabándolas. Una situación sencilla de entender si se tiene en cuenta que por norma, "colocaba la chicharra" a todo encuentro físico o telefónico que mantuviera. Darle al "rec" se convertía en pura rutina y resultaba difícil mantener la tensión, sobre todo si mediaba una copiosa comida seguida de un par de combinados de ginebra.

A Villarejo le obsesionaban el control y la información. De ahí sus precauciones en contravigilancia, las precisas anotaciones de su agenda y la grabación de cualquier conversación. Fue tal su celo y desconfianza, que según reveló a su interlocutor en una animada charla inédita del sumario a la que ha accedido la Cadena SER, llegaba a "fotocopiar" los billetes de los fondos reservados que según afirma, le distribuía el exjefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Marcelino Martín Blas, para guardar el número de serie y poderlos justificar o localizar en el futuro una vez realizada la transacción. Siempre "billetes de 500 ó 100" euros que le entregaban para sus operaciones.

Villarejo explica que los fondos reservados llegaban siempre en "billetes recién impresos". "Tacos en crudo" (eufemismo para el dinero negro) de billetes tan nuevos que "algunos te cortaban los dedos".

Esta conversación tuvo lugar pocos meses antes de que fuera detenido en 2017. El comisario jubilado dice estar siendo acosado por el Centro Nacional de Inteligencia, un sector del Partido Popular y manifiesta su contrariedad por haber perdido el anonimato, un elemento clave para desarrollar su trabajo. Pero en apariencia se muestra tranquilo. También cuando, interrogado sobre su futuro, asevera convencido que "en cualquier momento se buscarán a un juez para justificar un registro" a su domicilio, como finalmente ocurrió.

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Villarejo añade entre sonrisas que ya tenía preparadas "dos o tres cosas para que las encuentren y no tengan que buscarlas" como las grabaciones de la examante del rey emérito, Corinna Zu Sayn Wittgenstein, y se jacta de que no le importaba que las rompieran porque tenía "muchas copias" más.

A Villarejo se le ve cómodo en el encuentro y diserta tanto sobre la situación de la sociedad española como de la actualidad política. Con aparente amargura, dice sentirse decepcionado con Podemos. Afirma que esperaba que "removieran un poquito los cimientos" para descubrir "al final" que se han "reconducido" porque a su juicio, esta es una sociedad muy "anquilosada en la corrupción y en el mamoneo (sic)" y "muy acomodaticia". Lamenta que "todo el mundo tiene su tablet y sus cincuenta euritos para cerveza y ¡no quieren más líos!".

El comisario jubilado José Villarejo fue detenido el 3 de noviembre de 2017, poco después de mantener esta conversación. Desde entonces permanece en prisión provisional, en el madrileño centro penitenciario de Estremera.