La Airef propone rediseñar los incentivos a la contratación para que sean menos y más eficaces
La Autoridad Independiente Fiscal cree que las ayudas a la creación de empleo funcionan pero su efecto es modesto y no perdura en el tiempo
Madrid
La Autoridad Independiente Fiscal (Airef) ha analizado siete de los incentivos a la contratación más importantes con los que se ha tratado de fomentar el empleo asalariado y autónomo desde 2012, y su diagnóstico es que esas ayudas han contribuido a crear puestos de trabajo, pero su eficacia se circunscribe a los tiempos de recesión, y sus efectos han sido más bien escasos y sin continuidad en el tiempo (cuando desaparece el incentivo, la probabilidad de que el empleo creado desaparezca es igual a la del resto de puestos).
Por ello, la Airef recomienda rediseñar estas ayudas focalizándolas en los colectivos que necesitan más apoyo, reducir el número de incentivos y homogeneizar los requisitos de acceso para que sean más atractivos para las empresas, y mejorar la dimensión formativa que los acompaña. Pero, sobre todo, la Autoridad enfatiza que estos incentivos, que suponen unos 2.900 millones de euros al año (el volumen más grande de gasto entre los países de nuestro entorno) no pueden sustituir a las reformas necesarias en el mercado laboral para combatir la temporalidad y el desempleo.
Los emblemas de la reforma laboral
Entre los siete tipos de incentivos analizados están algunas de las ayudas más emblemáticas de la etapa de la crisis anterior y del mandato de Fátima Báñez al frente del ministerio de Empleo: entre ellas, la tarifa plana, la rebaja en la cuota de autónomos para las personas que acceden por primera vez al trabajo por cuenta propia.
El informe de la Airef señala que la entrada en vigor de tarifa plana para jóvenes aumentó en un 17% la probabilidad de los jóvenes se diesen de alta como autónomos, pero es un efecto que alcanza sobre todo a las personas de formación media-alta y que llevan poco tiempo en paro. Además, la ayuda disminuye la posibilidad de darse de baja en un 10% durante el periodo en el que está en vigor, pero cuando se acaba la tarifa plana la posibilidad de baja se iguala con la del conjunto del colectivo.
La recomendación de la Airef en relación con la tarifa plana es que se vea superada por un nuevo sistema de cotización al régimen de autónomos que tenga en cuenta los ingresos reales de los trabajadores por cuenta propia, una línea en la que ya está trabajando el Gobierno con las principales organizaciones del colectivo. Hasta que llegue ese nuevo sistema, la Autoridad aconseja mantener la tarifa plana, pero reforzando los controles e inspecciones para garantizar su correcta aplicación. La Airef señala que el coste anual de las tarifas planas es de 635 millones de euros al año.
El estudio también evalúa el efecto del contrato de emprendedores, que estuvo en vigor desde la reforma laboral en 2012 hasta 2018 y que se caracterizaba por tener fuertes rebajas a las cotizaciones a la Seguridad Social. Dice la Airef que este contrato tuvo un efecto favorable para la contratación de jóvenes "muy ligero", y que se centró en los de mayor cualificación; entre los mayores de 45 años, no se registraron efectos positivos de esta medida. Además, aunque las posibilidades de perder el trabajo eran más bajas mientras duraban los efectos beneficiosos del contrato, al acabar la ayuda los beneficiarios se igualan al resto de contratados en posibilidad de mantener el empleo. Según los datos de la Airef, el coste anual de estas ayudas era de 77 millones de euros, y los contratos de emprendedores llegaron a suponer el 20% de los contratos indefinidos iniciales en las empresas de menos de 50 trabajadores, aunque los que llegaron a beneficiarse de las ayudas fueron sólo el 37%, así que sólo el 4,6% del total de contratos firmados llegaron a aplicarse los incentivos previstos.