La mayoría de la investidura tumbará el intento del PP de reprobar a Iglesias

Madrid

La reprobación del vicepresidente segundo Pablo Iglesias planteada por el PP en el Congreso será previsiblemente rechazada. La votación se celebrará el jueves pero este miércoles los distintos grupos han marcado ya posición durante el debate y los populares solo han recabado el apoyo de la ultraderecha de Vox y de Ciudadanos, además de sus socios de Foro Asturias y UPN. Los grupos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez, además de PSOE y Unidas Podemos, se han posicionado en contra del texto, que también reclamaba el cese del ministro de Consumo Alberto Garzón, entre críticas a los de Pablo Casado. 

Los populares han defendido su moción “sobre la gestión política del Gobierno, la defensa del Estado de Derecho y del orden constitucional”, así la han titulado, cargando contra Iglesias y Garzón por lo que entienden como acoso hacía el rey: “Debe ser reprobado uno y cesado el otro por no defender la democracia, por atacar a la Constitución desde el Consejo de ministros y por ser cómplices de una campaña de acoso a los jueces que les investigan” señalaba su portavoz Guillermo Mariscal que apelaba a los socialistas para que votaran la reprobación como “un favor a la democracia”. La ultraderecha de Vox se unía a la moción, y a los ataques, del PP llegando a calificar a Iglesias de “bolchevique” y acusándole de no creer en España mientras por Ciudadanos Edmundo Bal, en un tono más moderado, también reclamaba la reprobación del vicepresidente pidiendo a la bancada socialista que volvieran a la moderación.

El bloque de la investidura se ha unido para rechazar el texto del PP, comenzando por el partido del vicepresidente, que no se encontraba en el hemiciclo. El presidente de su grupo, Jaume Asens, comenzaba recordando la sentencia del Supremo contra los populares, “qué mala suerte, han venido a hablar de regeneración democrática el mismo día que se ratifica la condena de la Gürtel”, acusando al PP de ser ellos quienes dirigen una “operación de subversión contra la democracia” -la acusación que los de Casado hacen a Iglesias- por sus escándalos de corrupción y su negativa a renovar el poder judicial, deslizando una supuesta relación con el Caso Dina y  “un complot de las togas”. También Bildu y ERC se sumaban al rechazo apelando a su conciencia republicana, mientras el PNV calificaba el texto de “barroco” y de retrotraer a épocas anteriores “oscuras y muy poco modernas”.