Internacional
Elecciones EE.UU. 2020

¿Puede Trump repetir su victoria sorpresa de 2016? Esto es lo que dicen los datos

Tras la debacle de las encuestas de 2016 ya nadie se atreve a dar por muerto a Donald Trump en 2020.

Hay varios indicadores que avisan de que la posición en la que parte Biden a dos semanas de las elecciones es mucho más favorable que la que tenía Hillary Clinton a estas alturas de la pelea

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump / CARLOS BARRIA Reuters

Madrid

Nadie esperaba la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 y aún así sucedió. El magnate, un personaje mediático y ajeno a la política por quien nadie apostaba cuando presentó su candidatura, se hacía por sorpresa con la presidencia de EEUU en un resultado que pocas encuestas supieron prever en las últimas semanas de campaña electoral.

Cuatro años después el país vuelve a una situación parecida, pero con muchos matices. Los sondeos preelectorales muestran un panorama similar al de 2016 al tener al candidato demócrata, esta vez el exvicepresidente de EEUU, Joe Biden, en primera posición aventajando en varios puntos al actual presidente de EEUU, Donald Trump. La pregunta es clara, ¿puede Trump dar la vuelta a la situación otra vez y ganar su reelección de forma inesperada?

Tras la debacle hace cuatro años de las encuestas (que acertaron en que Hillary Clinton ganaría el voto popular pero fallaron en los estados clave) ya nadie se atreve a dar por muerto a Donald Trump en 2020. Sin embargo, hay varios indicadores que alertan de que la posición en la que parte Joe Biden a dos semanas de las elecciones del 3 de noviembre es mucho más favorable que la que tenía la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, a estas alturas de la pelea.

Las encuestas nacionales tienen claro favorito

En 2016 Clinton aventajaba en 6 puntos porcentuales a Donald Trump en la media de encuestas nacionales a falta de dos semanas para visitar las urnas (45% para la demócrata por 39% para el republicano). En este mismo punto Joe Biden (52%) está 10 puntos por delante del actual presidente Trump (42%), según FiveThirtyEight. Por su parte, Real Clear Politics sitúa la ventaja del que fuera vicepresidente durante los mandatos de Obama en 9 puntos.

El dato de Biden es extremadamente positivo porque en ningún momento de los 150 días previos a las elecciones de 2016 ninguno de los dos candidatos consiguió superar la marca del 50% (Hillary Clinton no pasó del 46%). El exvicepresidente de EEUU lleva por encima de esa barrera desde principios del mes de agosto y ya supera el 52% coincidiendo con el contagio y hospitalización de Trump por COVID-19.

Una ventaja muy estable

El panorama que pintan las encuestas puede parecer similar al de 2016, pero hay diferencias. El margen entre Clinton y Trump entonces no hizo más que variar en los 5 últimos meses de campaña. En cambio, la diferencia entre candidatos en las elecciones de 2020 ha sido muy estable. Joe Biden nunca ha estado a menos de 6 puntos de Trump y en los últimos días ha superado por primera vez el umbral de los 10 puntos de ventaja. En el mismo periodo de tiempo de hace 4 años Clinton llegó a estar 8 puntos por encima de Trump, pero también llegó a colocarse perdiendo por hasta 4 puntos.

De hecho, la de 2020 es la lucha más estable de todos los comicios presidenciales del siglo XXI en EEUU. Las últimas 5 elecciones han visto variaciones muy amplias en sus últimos 5 meses de campaña con ambos candidatos liderando en algún momento los sondeos. Este año no ha sido así. Biden nunca ha ido por detrás en las encuestas nacionales.

El coronavirus lastra a Trump

Estados Unidos es el país más afectado del mundo por el coronavirus. Más de 8.100.000 personas se han contagiado por COVID-19 en Estados Unidos y 219.000 personas han perdido la vida desde el comienzo de la pandemia, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins.

A lo largo de los últimos meses Trump ha minimizado la gravedad de la pandemia, ha priorizado el estado de la economía nacional y hasta ha llegado a enfrentarse públicamente con el principal experto de enfermedades infecciosas del país, Anthony Fauci, que vaticinaba hace unos días que el país podría llegar a "300.000 o 400.000 muertes" si no se toman las medidas de prevención necesarias durante el otoño y el invierno.

La gestión del virus de la administración Trump está siendo muy cuestionada, especialmente desde que el propio presidente y más de 20 personas relacionadas con la Casa Blanca (entre ellas la primera dama, Melania Trump y su hijo menor, Barron Trump) dieran positivo por coronavirus a principios de mes. La falta de transparencia de los miembros de la Casa Blanca sobre el estado de salud del presidente y sobre la fecha de inicio del brote que ha afectado a senadores, periodistas y asesores del presidente no hace más que añadir leña al fuego de una gestión muy cuestionada.

El presidente Trump durante el debate de la pasada semana / CARLOS BARRIA

Durante el debate del pasado jueves en NBC, Trump fue preguntado por su contagio y por la fecha de su último negativo en un test de coronavirus. El presidente esquivó las preguntas. Tampoco aclaró si ya era consciente del contagio de su asesora cuando acudió al primer debate con Joe Biden o cuando al día siguiente participó (sin mascarilla) en un acto en New Jersey. De hecho, Trump sigue usando datos falsos para negar la gravedad de la pandemia y el jueves afirmó en tres ocasiones, citando falsamente un informe del Centro de Control de Enfermedades (CDC) que el 85% de las personas que utilizan mascarilla se contagian. El informe no hace mención alguna a esta cifra.

Todo esto se refleja en las encuestas. Preguntada recientemente, la sociedad americana aseguró que el coronavirus era el principal problema del país en 2020, y la cuestionada gestión de la pandemia de Trump hace que los ciudadanos confíen más en los demócratas (47%) para solucionar la situación actual que en los republicanos (39%), según Gallup. Hace 4 años, preguntados por el partido que mejor resolvería el principal problema del país la encuesta reflejaba un 42-38 a favor de los republicanos. Además, una reciente encuesta de Reuters tras la hospitalización de Trump por COVID-19 evidenciaba que solo el 37% de los americanos aprueban la gestión de la pandemia de Trump, mientras que un 59% la desaprueban.

En 2020 no hay tantos indecisos

Los votantes indecisos fueron uno de los factores en los que se sustentó la victoria sorpresa de Donald Trump en 2016. Aquí también hay diferencias. La tasa de indecisos de hace cuatro años estuvo entre el 20% y el 15% del electorado en los últimos 150 días previos a las elecciones. Parece que la sociedad norteamericana tiene menos dudas en 2020 y en el mismo periodo previo a las elecciones los indecisos nunca han supuesto más del 8% del electorado y las encuestas más recientes sitúan dicha cifra en torno al 6%.

El candidato demócrata Joe Biden saluda a los periodistas en Carolina del Norte / TOM BRENNER

Un indicador más que puede poner en jaque la hipotética remontada de Trump es que en 2020 parece imposible que vaya a repetir su victoria en otro de los sectores demográficos que le llevaron al Despacho Oval de la Casa Blanca: las personas que no valoran favorablemente a ninguno de los dos candidatos. Donald Trump venció en 2016 en este sector por 17 puntos frente a Hillary Clinton, pero las encuestas recientes colocan a Joe Biden con una aplastante ventaja de aproximadamente 20 puntos entre estos votantes a falta de dos semanas para la cita electoral.

El voto ‘blanco’ está cambiando

Más cambios con respecto a 2016: el electorado entre el electorado blanco. Dos semanas antes de las elecciones de 2016 Trump aventajaba a Clinton en 13 puntos porcentuales entre votantes blancos, una de las claves de su victoria de 2016. Ahora esa ventaja es tan solo de 2 puntos.

Si nos fijamos en votantes blancos sin estudios universitarios la diferencia pasa del +30 de Trump en 2016 al +18 actual. Es decir, Trump sigue en cabeza en ambos segmentos, pero cae más de 10 puntos en cada uno.

Ventaja histórica en el electorado femenino

Tradicionalmente el voto femenino en las elecciones presidenciales de Estados Unidos tiende a ser más demócrata que republicano, pero las diferencias de este año pueden ser más grandes de las esperadas si se cumplen los pronósticos que vaticinan muchas encuestas. La exsecretaria de Estado, Hillary Clinton superó a Donald Trump por 13 puntos en el voto femenino hace cuatro años, pero los datos de Joe Biden son aún más sorprendentes.

La media de cinco encuestas publicadas la semana pasada otorga a Biden un liderato de 25 puntos sobre el actual presidente entre el electorado femenino, según CNN. De hecho, algunos sondeos como el último publicado por la propia CNN junto a SRRS amplían esa ventaja hasta los 34 puntos.

Si estas cifras se cumplieran, la victoria de Joe Biden entre las mujeres sería histórica. Ningún candidato de cualquier partido en la historia moderna de EEUU ha ganado el voto femenino por más de 24 puntos. En 1964 el demócrata Lyndon Johsnon conseguía un +24, según la encuestadora Gallup, mientras que para encontrar un margen así de favorable en la historia del Partido Republicano hay que remontarse hasta 1972, año en el que Richard Nixon ganó el voto femenino también por 24 puntos.

¿A qué puede aferrarse Trump para ganar?

A falta de dos semanas para las elecciones no hay nada decidido, pero la situación en la que se encuentra Donald Trump sin duda no es la más deseada para el presidente. Sin embargo, si algo enseñó 2016 es que las encuestas pueden equivocarse. Ocurrió con el referéndum del brexit en junio en Reino Unido y con las elecciones de EEUU en noviembre.

Por lo tanto, ¿a qué puede aferrarse Trump para ganar? La hipótesis más repetida es que los sondeos de 2020 puedan volver a infravalorar la cantidad de votantes de Donald Trump. Es una idea que el presidente introduce mucho en sus masivos mítines de campaña, celebrados al aire libre, sin distancia de seguridad y sin mascarillas. Trump se aferra a 2016 y clama una y otra vez que va a ganar "a lo grande" el 3 de noviembre y tilda de 'fake news' a las encuestas que dicen lo contrario.

También existe la posibilidad de que se produzca, como se conoce popularmente en EEUU, una ‘october surprise’ (sorpresa de octubre), un escándalo a pocos días de las elecciones que monopolice la conversación en los medios de comunicación y sacuda la campaña electoral.

Hace cuatro años, 11 días antes de las elecciones, el entonces director del FBI, James Comey, reabría la investigación por el uso de un servidor privado para sus correos electrónicos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013). Este hecho es citado por analistas en EEUU como una de las causas por las que Clinton perdió los comicios de aquel año. El equipo de Trump ansía desesperadamente un escándalo similar con su nuevo rival como protagonista. Sin embargo, en las últimas semanas los únicos grandes escándalos de la campaña han sido la publicación de las declaraciones de impuestos de Trump por parte del ‘New York Times’ y el ingreso por COVID-19 del propio presidente y ninguno de ellos le favorece.

El resto de opciones de remontada de los republicanos pasan por una actuación estelar de Donald Trump en un debate electoral frente a Joe Biden, si es que se vuelve a producir uno tras el pésimo enfrentamiento del 30 de septiembre; que el candidato demócrata tenga algún fallo en público y vuelva a crecer el debate sobre si es demasiado mayor para el puesto (tiene 77 años y cumplirá 78 este mes de noviembre), o, por supuesto, si Trump consigue superar las expectativas electorales en algunos de los llamados "estados bisagra" (‘swing states’), aquellos territorios clave en los que las distancias entre candidatos son mínimas y que pueden decantar la balanza de la presidencia de un lado o de otro.

Guillermo Nieto Sánchez

Guillermo Nieto Sánchez

Desde 2017 escribe en la sección digital de la Cadena SER

 
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