¿Tiene Biden alguna posibilidad en las zonas rurales?
La América del interior, afectada por la guerra de aranceles con China y por la pandemia, sigue apoyando mayoritariamente a Trump, aunque con un margen menor que hace cuatro años
¿Tiene Biden alguna posibilidad en las zonas rurales?
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Washington
"Creo que el 90% de los carteles que he visto en las casas mientras conducía hasta tu granja son a favor de Trump". "¿Sí?", se sorprende el granjero con mi aseveración, "yo diría que son el 99%".
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Orwell es un pequeño pueblo al noreste de Ohio, cerca de la frontera con Pensilvania. Millas y millas de campos de cultivo separan a una casa de otra. La realidad que viven sus vecinos no es distópica pero la vida ahí es está a años luz de la de cualquier ciudad estadounidense. Lo rural y lo urbano son universos paralelos en este país.
Jeff Magyar ha nacido y crecido en esas tierras. "Mi familia lleva aquí más de cien años. Mis hijas trabajan conmigo en la granja y espero que lo sigan haciendo las generaciones que vengan". Jeff tiene un aspecto tosco, manos grandes y piel curtida, pero es amable en sus formas. Lleva gorra y camisa de cuadros. Me recibe en un cuarto que ha acondicionado a modo de oficina. Tiene juguetes de bebé. "Son de mis nietos", aclara. Por las ventanas se ven las miles de acres que cultiva.
Han sido años difíciles para los granjeros. Primero, la guerra de aranceles con China; luego, la pandemia. "Cuando China dejo de comprar nuestros productos los precios se desplomaron y nos afectó", explica. "Intentamos vender más a Europa y a Japón porque Latinoamérica también le vende a China".
La gran mayoría de su producción es maíz y soja. Jeff espera que la Fase 1 del acuerdo comercial que Washington y Pekín firmaron a principios de año se mantenga. "Nosotros no queremos tarifas", dice, "los granjeros americanos preferimos que haya libre comercio en todo el mundo pero el asunto de la propiedad intelectual es complicado". Cree que Donald Trump ha heredado un problema que se tenía que haber solucionado hace décadas. "Ahora este presidente tiene que hacer frente a todo".
El gran tirón de Trump entre los votantes del interior
Un 62% de los votantes de zonas rurales apoyó a Trump en 2016, un récord para los republicanos en las últimas tres presidenciales. Ahora, según las encuestas, los votantes del interior siguen prefiriendo a Trump pero con un margen menor. El de hace cuatro años la diferencia era de 38 puntos, el de ahora es de 18. Una ventaja todavía amplia que necesita mantener para conseguir la reelección.
"La administración Trump ha dado subsidios enormes, miles de millones de dólares para compensar las pérdidas por la guerra de los aranceles, por las inundaciones y la pandemia", dice Jeffrey Green, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Pensilvania. "Podemos decir que hay una conexión económica entre Trump y el mundo rural".
La Casa Blanca aprobó primero 28.000 millones de dólares en dos rescates para paliar los efectos de la guerra comercial. En abril aprobó otro paquete de 19.000 millones para aliviar las consecuencias del coronavirus. En resumen, el 40% de los ingresos de un agricultor medio en Estados Unidos viene de ayudas federales, más del doble que hace cuatro años, según datos del Departamento de Agricultura.
Otro factor sociológico explica el voto rural por Donald Trump: en el interior no se identifican con el elitismo de las costas. "Hay un sentimiento extendido de que las grandes ciudades miran con desprecio a las zonas rurales", explica el profesor. Casualmente, el granjero me explica la expresión "flyover country"; un término peyorativo que resalta la importancia de las costas en detrimento del interior, que "simplemente sobrevuelas".
"Se sienten infrarrepresentados en los medios, incluso ridiculizados", dice Green. "Parte del fenómeno Trump es el éxito con el que critica a las élites y desacredita a los medios mientras habla a la clase trabajadora".
El fenómeno Trump crea paradojas como que él, un multimillonario de Nueva York, se convierta en ídolo de buena parte de la clase trabajadora del país. Otra paradoja es que, en las zonas rurales, donde el individualismo es culturalmente una forma de vida, esta administración esté dando más subsidios federales a un sector demográfico que aborrece la intervención del Estado.
"Hay dos tipos de personas", sigue el granjero. "Las que hacen todo por sí mismas sin depender del estado y las que quieren que el gobierno se haga cargo de todo. Quieren que les garantice una sanidad, ya sabes", dice asegurándose de que le entiendo. "Sí", me limito a contestar. "Ese es el punto, son dos formas de entender la vida".
Republicanos disidentes
Otro de los fenómenos que ha provocado este presidente es que el candidato ha opacado a su partido. "Los republicanos ya no son lo que eran, ya no son el partido de las personas sino el partido de la persona", asegura César Martínez, que ha asesorado a todos los candidatos presidenciales republicanos desde George Bush hasta 2016, que apostó por Jeb Bush pero Donald Trump ganó la nominación.
Ahora forma parte del Proyecto Lincoln, un movimiento de republicanos desencantados que surgió a finales de 2019 para fomentar la oposición a Trump con una agresiva campaña en internet. "Estamos intentando detener a Trump desde donde más le duele, desde el lado conservador. Nos hemos convertido en la piedra de su zapato". Martínez calcula que si Trump pierde dos o tres por ciento del apoyo, pierde las elecciones. Y cree que la campaña que están haciendo puede ser útil para hacer que pierda.
La ausencia de los demócratas en las zonas rurales
Pero las tácticas políticas de los estrategas y de los grandes despachos no llegan a los pueblos del interior.
En Orwell no se oye hablar del candidato demócrata. Ni él, ni nadie de su campaña han ido a informar a los vecinos qué proponen para mejorar la vida en las zonas rurales. "No sé qué me va a traer una administración Biden", confiesa. "Sólo sé que los demócratas imponen más regulaciones y no las queremos", dice Jeff. "La administración Obama puso una cantidad absurda de regulaciones que nos complicaban el trabajo. Trump las eliminó".
El granjero describe un abandono institucional de la población rural que tiene raíces históricas. En realidad no es abandono porque eso implica que una vez estuvo presente. Pero no, las comunidades rurales se han desarrollado entre ellas, con una presencia mínima del Estado que a la vez rechazan. "Nunca nos hemos sentido escuchados", dice Jeff con gesto honesto. "Al menos ahora sentimos que se nos oye, que el presidente sabe cuáles son nuestras necesidades y nuestras preocupaciones. Ahora sí sentimos que alguien nos tiene en cuenta".