Miquel Barceló ilustra la "pesadilla premonitoria" de Kafka
La editorial Galaxia Gutenberg, en coedición con Gallimard, publica 'La transformación' de Kafka con cerca de 60 acuarelas del artista mallorquín
Madrid
Cerca de sesenta acuarelas de Miquel Barceló ilustran La metamorfosis de Franz Kafka, un clásico contemporáneo publicado por la editorial Galaxia Gutenberg en coedición con la francesa Gallimard, con acuarelas del artista mallorquín en las que predominan, explica, "colores de los insectos, los verdes y azules, un poco tóxicos, casi metalizados, con mucha intensidad, muy alejada del gris de Praga". Barceló, que ya había ilustrado anteriormente Fausto, de Goethe y la Divina Comedia de Dante, considera la obra del autor checo como "uno de los cimientos de nuestra cultura europea: si tuviéramos que ponerle una letra al siglo XX sería la K de Kafka". El libro saldrá a la venta el próximo 4 de noviembre con el título de La transformación.
"Lo que hago no es ilustrar", dice Barceló desde Mallorca, en conversación con la Cadena SER. El artista plantea su propia lectura de la obra de Franz Kafka y explica que pidió a la editorial cuadernos del mismo papel y el mismo formato del libro, y "es por eso que hay manchas por todas partes, quería esa forma de contaminación, como si la pintura no estuviera seca". Tanto es así, que "en París hay librerías que devuelven el libro porque creen que son defectuosos".
El artista mallorquín recuerda que su primer encuentro con la historia de Gregor Samsa fue "demasiado joven para entenderlo, pero me gustó mucho esa crueldad y ese humor cruel que gusta mucho a los niños, yo pasé de leer a Edgar Allan Poe a Kafka y lo hice con el mismo espíritu, pero vi que había algo más, esa inquietud que persiste". Cuenta el pintor que en uno de sus cuadernos de los años 70 encontró "una nota que decía ir a Palma porque mi objetivo era comprar todos los libros de Kafka que encontrara, y los leí todos".
Barceló lee la historia de Samsa a partir de la idea de que no es él quien se transforma, sino la sociedad que le rodea: "En este libro siempre hemos pensado que es Gregor Samsa el que se transforma en escarabajo, pero no es así, es el resto del mundo el que se transforma en algo monstruoso, yo lo veía como la perturbación sexual de un adolescente que se encuentra a sí mismo monstruoso, que le crece todo, pero también como la situación de la Europa de preguerras, con el antisemitismo subiendo como un mal antiguo pero de nuevo, como los virus".
Miquel Barceló cree que se trata de un texto "premonitorio del siglo XX, de lo que va a llegar" y añade que cuando pintó las acuarelas para este libro, aún no había llegado la pandemia, "lo hice en Asia, al sol, bajo unos cocoteros".
El artista, que confiesa que le gustaría pintar sobre la Ilíada y la Odisea de Homero, explica que lleva meses pintando y trabajando en cerámica, con varias exposiciones en el horizonte. Entre ellas, una retrospectiva de su obra en cuatro museos de Japón, prevista para febrero, y otra en el Museo Picasso de Málaga, en enero, titulada 'La metamorfosis', que incluirá también acuarelas de este libro. Ambas muestras estaban previstas para es 2020 y fueron retrasadas por la pandemia.
Sobre esta situación de crisis actual, y en lo relativo a la cultura, Barceló opina que "el arte emergente es el que lo está pasando peor y una generación sin artistas es una generación perdida, es muy preocupante". El pintor considera que "sin cultura y sin educación vemos lo que puede suceder, lo tenemos al lado, parece que es lo que quería decir Kafka, que los monstruos están detrás de la puerta". En lo personal, aunque la pandemia no ha modificado sus dinámicas de trabajo, Barceló reconoce que la situación también ha sido "angustiosa" para él: "No puedo ver a mi madre, estoy harto de hablar por teléfono con la gente".