Daryl Morey, el fichaje que cambia de arriba a abajo la perspectiva de la NBA
El reputado General Manager llega a Philadelphia con intención de cambiar el rumbo de la franquicia
Los Philadelphia 76ers entraron desde este miércoles en una nueva dimensión. Tras una temporada que se puede catalogar de fracaso rotundo, el cual se ha llevado por delante a Brett Brown, la llegada de Daryl Morey supone un evidente incentivo en una franquicia que necesitaba aire fresco.
El fichaje de Doc Rivers como técnico del equipo había sorprendido y había dejado sensaciones extrañas entre los aficionados del equipo, pues Rivers, pese a tener una gran reputación en la NBA, viene de fracasar con los Clippers. Además, nunca se ha caracterizado por ser un entrenador especializado en cambiar la tendencia de una franquicia.
Por ello, el fichaje de Morey supone una inyección de valentía enorme para una franquicia que lo único que necesitaba era alguien capaz de mover el árbol. Lo que evidenció la pasada temporada, por encima de cualquier otra cosa, es que este proyecto necesita a alguien que cambie el rumbo.
Y no hay nadie mejor para ello que Morey. En sus 12 años en Houston, los Rockets han sido siempre una franquicia atrevida, innovadora y, sobre todo, ganadora. Quizás la única que se resistió a aceptar que los Golden State Warriors debían ganar sí o sí año tras año. Morey no 'tankeó', no miró hacia otro lado: arriesgó y peleó cara a cara con uno de los mejores equipos de siempre y se quedó muy cerca en 2017 de superarles.
Las dos principales cualidades que definen su estilo son la agresividad en los despachos y las estadísticas. Morey prefirió guiarse de los números e inspiró a la NBA actual, la cual acogió su idea practicamente de manera unánime. Si hay que ponerle rostro a la era del triple, sin duda sería el suyo. Los Rockets han sido la versión más extrema de este baloncesto, hasta el punto de prácticamente tirar más veces de tres que de dos en los partidos.
Además, este estilo vanguardista lo ha ido remodelando año a año, negándose al fracaso e intentando hasta el último día llevarse un anillo que desgraciadamente nunca llegó. Con James Harden como arma nuclear, MVP, y único jugador inamovible, Morey trató siempre de mezclar a su estrella con diferentes jugadores para tratar de ganar el mayor número de partidos posibles. Dwight Howard, Chris Paul, Clint Capela o Russell Westbrook, son solo algunas de las estrellas que pasaron por unos Rockets que nunca dejaron de intentarlo siempre basados en los lanzamientos de tres y una defensa agresiva.
Por todas estas razones, los Sixers pasan a tener un atractivo enorme. En una franquicia en la que necesitan que pasen cosas, aterriza el presidente de operaciones más incansable y con más ganas de hacer todo lo que esté en su mano para ir a por el título.
Gracias a Morey los aficionados de los Sixers saben que ahora mismo nada es seguro en Philadelphia. Exceptuando quizás un traspaso por Joel Embiid, todas las demás opciones quedan abiertas. Nadie sabe si logrará mover a Al Horford, Tobias Harris o incluso Ben Simmons, pero lo que todos tienen claro es que hará todo lo posible para que el día que comience la NBA los Sixers lleguen con más opciones de ganar el anillo de las que tienen ahora mismo.