La detención de Villarejo provocó una profunda preocupación en la cúpula de Interior del ministro Zoido
"Puede ser demoledor si no se encapsula", trasladó el exsecretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, a su sucesor en el cargo, José Antonio Nieto, quien se mostró "totalmente de acuerdo" y manifestó que el ministro Zoido se encontraba "preocupado" y convocó una reunión.
Martínez y el exjefe de la UCO, el coronel Sánchez Corbí, planearon implicar al ministro Grande-Marlaska con Villarejo
Madrid
La detención del comisario jubilado Villarejo, el 3 de noviembre de 2017, no solo preocupó a los altos cargos del Ministerio del Interior que supuestamente ordenaron la operación Kitchen y hoy están imputados en la causa, como el exministro Jorge Fernández Díaz o su secretario de Estado, Francisco Martínez, sino también a sus sucesores en el cargo, cuando a priori, nada habían tenido que ver con el operativo.
El informe completo de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional sobre el tráfico de mensajes de Martínez revela conversaciones el 5 y 6 de noviembre, solo dos días después de la detención de Villarejo, entre aquel y su sucesor en la Secretaría de Estado de Interior, José Antonio Nieto.
Zoido, "preocupado"
El domingo 5 de noviembre, Nieto se pone en contacto con Martínez para comunicarle que el ministro Zoido le ha citado el día siguiente "preocupado" por varios temas. Uno de ellos, "sin duda", dice Nieto, es el que el nuevo secretario de Estado habló con Martínez solo dos días antes, y que según los agentes redactores del informe se trata con toda probabilidad de la detención de Villarejo.
Martínez le responde que "puede ser demoledor si no se encapsula" y Nieto contesta que está "totalmente de acuerdo" con esa apreciación. A continuación, Nieto le expone que "ese es el objetivo y de lo que quería conocer tu opinión. En cuanto pueda (hable con el ministro) te llamo y buscamos un momento".
Nuevo contacto con Martínez
Un día más tarde, Nieto vuelve a ponerse en contacto con Martínez y le escribe: "Hola Paco. Ya he terminado los temas de agenda. Si tienes un hueco me adapto en hora y sitio. Un abrazo".
El 25 de febrero de 2019, al mismo tiempo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparecía a petición propia en el Congreso de los Diputados para hablar, entre otros asuntos, del cese del jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, el coronel Manuel Sánchez Corbí, éste cruzaba mensajes de WhatsApp con el exsecretario de Estado, Francisco Martínez.
Corbí: Lleva tres horas Marlaska en el Congreso. Le va a dar algo
Martínez: Ojalá. Lo tuyo va muy bien preparado. He escrito yo toda la intervención y con la entrevista del Huffington Post delante es un escándalo lo que ha hecho.
Martínez: Me preocupa más que quiera esparcir mierda en kitchen
Implicar a Marlaska
Al día siguiente retoman la conversación sobre Grande-Marlaska y Martínez sugiere a Corbí que habría que investigar si el ministro tuvo que ver con Villarejo, y el coronel de la Guardia Civil acepta el encargo.
Martínez: Sería interesante saber si él habló alguna vez con Villarejo, cosa que no me extrañaría nada
Corbí: No tengo información. Preguntaré.
Martínez: Sería muy interesante. O con el Gordo [el comisario Enrique García Castaño]
Corbí: Preguntaré
El informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional sobre el teléfono móvil de Francisco Martínez también revela la estrecha relación que mantenía con Villarejo, y otros agentes implicados como García Castaño o Carlos Salamanca.
Sorpresa de Martínez
El exsecretario de Estado se sorprende en una conversación con Salamanca al conocer por éste que la madre de Villarejo ha enfermado y responde "¡si ayer estuve con él!", para a continuación preguntarle si puede citarle cuando vuelva a verle y le pregunte por este asunto.
Un mes más tarde, de nuevo Salamanca envía un mensaje a Martínez comunicándole que "acaba de fallecer" la madre de Villarejo, y el secretario de Estado contesta con un "sí, ya lo sé" y pregunta si acudirá al sepelio en Estepona.