Un bebé muere tras ser sumergido tres veces en agua bendita durante su bautizo por el rito ortodoxo
La Fiscalía de Rumanía ha abierto una investigación por homicidio contra el sacerdote que oficiaba la ceremonia
Madrid
Durante los bautizos ortodoxos, se sumerge a los bebés tres veces en una pila bautismal llena de agua bendita, una en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Las imágenes a veces impresionan a los ojos no habituados a la práctica, pero lo cierto es que es una tradición que viene de muchos siglos atrás. Hace unos días, un bebé de seis semanas sufrió un paro cardíaco tras su bautismo en Suceava, al noreste de Rumanía, y muchas voces dentro de la Iglesia Ortodoxa reclaman un cambio en esta tradición que muchos califican como una "brutalidad".
El bebé fue trasladado rápidamente al hospital, pero falleció unas horas después. La autopsia reveló que tenía líquido en los pulmones y la Fiscalía de Rumanía ya ha abierto una investigación por homicidio involuntario contra el sacerdote que ofició la ceremonia.
Este suceso divide a la comunidad ortodoxa entre partidarios de seguir con la tradición y los que abogan por cambiarla. El portavoz ortodoxo en Rumanía, Vasile Banescu, ha manifestado su pesar por lo sucedido en varias entrevistas en medios locales. En Digi24, se mostraba partidario a flexibilizar un poco la tradición: "Si los padres saben que su bebé es muy frágil, que nace prematuramente, no es una emergencia bautizar a un niño, a pesar de las tradiciones establecidas a los 40 días. Los padres pueden hablar con el sacerdote, que debe estar abierto, debe escuchar a sus padres, es su hijo y el cristianismo debe ser una celebración de alegría y no un trauma. Pero el bautismo se practica también sumergiendo al bebé, casi por completo, en el agua de la pila bautismal y vertiendo con la palma de la mano, tres veces, sobre la cabeza del bebé". En cambio, el arzobispo Teodosio, líder de la rama tradicional de la Iglesia, insisite en que el ritual no se debe modificar.