Le Tissier está de aniversario: 27 años de la obra de arte de falta del jugador que 'nunca marcó un gol feo'
El Southampton recuerda los 26 de febrero como el día en que el futbolista que vistió su camiseta con mayor orgullo anotó una falta para la historia
Los nostálgicos del fútbol de antaño y del amor por los colores están de celebración el 26 de febrero y así se ha encargado de recordarlo en sus redes sociales el Southampton FC. Matt Le Tissier, genio y figura del conjunto inglés en el tramo final del siglo XX, coleccionista de golazos y recordado por el amor incondicional a su club, anotó 27 años atrás un libre indirecto que marcó una época y cuyo autor jamás se atrevió a repetir.
Popularmente extendido es el dicho de que Le Tissier 'nunca marcó un gol feo'. Su 'ópera prima', quizás, tuvo lugar tal día como hoy en 1994. Aquella tarde, los 'Saints' recibían la visita de un Wimbledon que encajó una de las faltas más populares de la historia. Su protagonista también ha querido recordarla con cariño en su cuenta de Twitter:
El ídolo del Southampton, encargado indiscutible de botar los balones parados, tomó carrera aquel día ante una barrera muy poblada. El pase atrás de su compañero, inesperado a todas luces, terminó siendo diferencial para dar origen a uno de los libres indirectos más bellos. El propio Le Tissier mejoró aún más la asistencia alzándose la pelota y asestando un derechazo al vuelo que sigue dando la vuelta al mundo 27 años después.
Su talento le llevó a acumular ofertas de proyectos mucho más suculentos en el fútbol inglés, las cuales rechazó por la fidelidad a su escudo de toda la vida. Esta decisión, atípica en los tiempos que corren, ha sido reconocida por el planeta fútbol hasta el punto de haber sido galardonado con el primer premio 'One Club Man' que empezó a otorgar el Athletic Club en 2015 a los futbolistas que desarrollaron toda su carrera en un mismo equipo.
Acostumbrado a luchar por mantener la categoría, el Southampton se permitió el lujo de disfrutar de las locuras de Le Tissier sobre el campo hasta el año 2001. Durante estos años, la leyenda del jugador que solo metía golazos se agrandó hasta un extenso historial de obras de arte, cada cual más difícil de emular.