Ciencia y tecnología
Coronavirus

La vacuna de Pfizer ya estaba lista en febrero del año pasado

Los fundadores de la compañía BioNTech explican cómo fueron los orígenes de la vacuna de Pfizer

Ugur Sahin y su mujer Özlem Türeci, fundadores de la compañía biotecnológica BioNTech. / Pool / Pool Getty Images

Madrid

Hace más de un año que los primeros casos de COVID-19 comenzaron a ser noticia en Wuhan, desde esos orígenes de la pandemia, la farmacéutica estuvo alerta por una posible expansión mundial que acabo produciéndose a las pocas semanas. Las compañías Pfizer y BioNTech fueron las primeras en lanzar una vacuna aprobada contra la COVID-19.

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Ugur Sahin y Özlem Türeci, fundadores de la compañía biotecnológica BioNTech, explican cómo empezó todo cuando las noticias confirmaban el primer caso de coronavirus en Alemania. "Es cierto. Había leído un artículo en la revista Lancet el viernes por la noche. El brote de Wuhan se conocía desde hacía tres semanas. Investigué un poco y estaba convencido de que la epidemia no se limitaría a China. Lo comentamos en el desayuno: no teníamos dudas de que el virus llegaría a todo el mundo", relata Sahin en una entrevista con ‘El Mundo’.

"Ugur comenzó a planificar los primeros pasos en el desarrollo de vacunas de inmediato. Lo decidimos el fin de semana y el equipo se puso a trabajar el lunes", añada Türeci. Según el director ejecutivo de BioNTech, ellos sabían que tenían una tecnología (ARN mensajero) capaz de desarrollar la vacuna de forma rápida, esa fue la clave.

Una clave para la vacuna

Justo cuando la compañía se dedicaba a investigar sobre el cáncer, el SARS-CoV-2 dio un giro al panorama mundial convirtiéndose en prioridad. Según Sahin, esta tecnología de la que ellos disponían “proporciona a las células un plan específico para construir proteínas. Es un proceso natural de las células, como si cogiera un disco duro, el ADN, e hiciera una copia, el ARN, que se llama ARN mensajero".

Sahin destaca que este elemento presenta una característica fantástica, para explicarlo lo compara con un correo electrónico que una vez que lo abres, se elimina. "La célula realiza su función natural y opera de acuerdo con nuestras instrucciones. El truco, para seguir con el ejemplo del correo electrónico, es asegurarse de que el mensaje no termine en spam. Si podemos hacerlo de manera eficiente, la célula hará lo que tenga que hacer. Es un entrenamiento del sistema inmunológico sin necesidad de virus", explica.

Primeros pasos

Consiguieron desarrollar la vacuna en apenas 48 horas, pero debían asegurarse de su eficacia. "Creamos diez candidatas en poco tiempo y luego diez más. No sabíamos qué candidata era la correcta, porque todavía sabíamos poco sobre el virus. La vacuna de hoy estaba lista en febrero del año pasado, pero no estaba claro si funcionaría, necesitábamos datos y resultados clínicos de estudios muy grandes", revela Sahin.

El momento más esperado en el punto más álgido de la pandemia, era el lanzamiento de una vacuna. Una esperanza que se hizo realidad el 12 de diciembre de 2020, un día marcado como el que fue aprobada la primera vacuna contra la COVID-19.

Según la entrevista con ‘El Mundo’, Sahin asegura que “habían completado la Fase 3 con más de 40.000 voluntarios” y esperaban “la evaluación de una comisión independiente”. “Sabíamos que era el día definitivo. Habíamos creado la mejor vacuna posible, pero no sabíamos cómo reaccionaría el virus. Estábamos preparados para una evaluación negativa. A las ocho de la tarde nos llamaron de Estados Unidos. Aguanté la respiración y la voz al otro lado del teléfono dijo: ‘El resultado es positivo, con una eficacia superior al 90’". Apunta que seria necesario vacunar al 70% de población vacunada para lograr la inmunidad, un dato que ya han confirmado muchos expertos. A pesar de ello, la opinión del experto sobre la inmunidad y desaparición del virus es pesimista. “No desaparecerá, veremos si necesitamos una vacuna cada año o cada cinco”.

En vista a una solución frente al cáncer

La pandemia les obligó a marcar prioridades y luchar contra la COVID-19, sin embargo, tanto Ugur como Özlem estaban sumergidos en encontrar una cura frente al cáncer. Ambos oncólogos aseguran que prefieren ser reconocidos como por su lucha contra el cáncer que por ser inventores de la vacuna contra la COVID-19. “El cáncer es tan malo como una pandemia, incluso si no se percibe como tal”.

 
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