El entrenamiento extremo de un piloto de F1: el sufrimiento de Checo Pérez, previo al GP de Imola

La temporada de F1 vive su segundo capítulo en el circuito de Imola en Italia, después de un Gran Premio a la altura de lo que se esperaba y con una igualdad en cabeza que no se preveía entre Mercedes y Red Bull. La pole de Max Verstappen en el GP de Baréin dan alas y esperanzas a que toda la afición del automovislismo pueda estar ante la lucha más igualada por el título que se recuerda en las últimas temporadas, donde la corona siempre ha estado en manos del mismo monarca: Lewis Hamilton y su Mercedes.

Los grandes aspirantes están en los asientos de Red Bull. Primero, Max Verstappen, que podría convertirse en el segundo campeón más joven de la historia de la F1, y después el Checo Pérez, muy querido en la parrilla, podría dar el cetro mundial a México por primera vez en la historia. Cualquiera de las opciones está dentro de los planes del jefe Christian Horner, director del equipo, a pesar de sus ganas por llevar al holandés a lo más alto de la F1, como ha confesado en multitud de ocasiones.

El otro gran aspirante, Sergio Checo Pérez. El mexicano se ha ganado el respeto de todos con su calidad al volante, su constancia y su lucha carrera tras carrera, tal y como ha demostrado, sin ir más lejos, en el pasado GP de Baréin. Salió en la última posición tras unos problemas en su coche en la vuelta de calentamiento y finalizó en un meritorio quinto puesto.

Ahora, en el GP de Imola que se disputa este próximo fin de semana espera que le salgan mejor las cosas y luchar por el podio, el verdadero objetivo de los Red Bull. Para ello ya se prepara, como él mismo ha publicado en su perfil de Twitter, con un duro entrenamiento que conlleva ejercicios de toda índole: fuerza, resistencia, coordinación en el Athlete Performance Center, para bromear luego "Espero que tengan un mejor fin que el mío", ironizó el mexicano.

Fernando Alonso y Carlos Sainz, con el que tiene una gran relación el mexicano, tienen ante sí una oportunidad de redimirse y brillar después de la discreta primera carrera para los españoles, y quien sabe si, luchar por estar entre los cinco mejores en un Gran Premio muy especial para la escudería Ferrari, ya que jugará en casa.