Más preguntas sobre los gastos personales de Boris Johnson
Con tres investigaciones oficiales pendientes para determinar quién y cómo se pagaron los gastos de decoración de su apartamento privado, Boris Johnson se enfrenta a nuevas alegaciones sobre sus gastos personales
Londres
Con tres investigaciones oficiales pendientes para determinar quién y cómo se pagaron los gastos de decoración de su apartamento privado, Boris Johnson se enfrenta a nuevas alegaciones sobre sus gastos personales.
De acuerdo con el 'Sunday Times', un benefactor del Partido Conservador fue invitado a pagar el sueldo de la niñera de Wilfred de un año de edad, el hijo del primer ministro y su actual compañera sentimental, Carrie Symonds. El periódico no identifica al donante, aunque si cita lo que este respondió: "No me importa pagar por los panfletos (de propaganda), pero me molesta el que me pidan que pague literalmente por la limpieza del culo del bebé del primer ministro".
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El Sunday Times también recoge diversas fuentes anónimas según las cuales el copresidente del Partido Conservador, Ben Elliot, habría costeado la factura del entrenador personal del Johnson, con el que está tratando de perder peso y ponerse en forma. El 'personal trainer' cobra el equivalente a 190 euros a la hora. Elliot, que niega abonar esos gastos, también habría pagado los servicios de un chef privado para Johnson, cuando éste se hallaba hospitalizado con coronavirus.
Sobre la famosa decoración del 11 de Downing Street, donde Johnson vive con Symonds, el periódico señala que además de la primera factura por los trabajos de 66.660 euros, habría una segunda de 230.000 euros que fue cubierta con una donación.
El primer ministro británico tiene un salario de 180.000 euros anuales y según los que le conocen, ese dinero simplemente no le llega para permitirse el tren de vida que lleva, después de un reciente divorcio y teniendo que pagar la manutención de una hija habida fuera del matrimonio. Ni siquiera le salen las cuentas sumando el sueldo de su pareja. Symonds percibe 80.400 euros como jefa de comunicación de una organización en defensa de los animales, pero según comenta un conservador, "ella quiere champan, pero tiene para limonada".