Condenas firmes por el asesinato sin cadáver de Rivas-Vaciamadrid
El Tribunal Supremo confirma la condena de 14 años del hombre que en 2016 asesinó
Madrid
El Tribunal Supremo ha condenado en firme a catorce años de prisión al autor del asesinato de un joven en Madrid en 2016 en uno de los pocos casos en España en que se dictan condenas a pesar de no haber aparecido el cuerpo de la víctima. Los jueces avalan su condena por homicidio y también la del cómplice que le ayudó a deshacerse del cuerpo, un hombre conocido como 'Paco el Loco'.
Los hechos, según la sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER, ocurrieron en agosto de 2016 en la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid. El acusado y la víctima estaban en casa del primero cuando éste acabó con su vida utilizando algún objeto punzante o cortante: la Justicia no ha podido determinar ni el móvil del crimen ni el arma utilizada ni tampoco la manera concreta en que acabó con su vida.
No ha podido porque, según declara firme el Supremo, nadie lo vio y el cadáver nunca apareció: el acusado limpió y pintó varias veces la casa para hacer desaparecer los restos de sangre y consiguió que otro hombre, conocido como 'Paco el Loco', le ayudara a deshacerse del cadáver de una manera indeterminada. Pero un cabo suelto ayudó a resolver el crimen: el compañero de piso del asesino, que durante un momento vio el cadáver de la víctima en la cocina de su propia casa.
Deambuló durante días después del hallazgo y se lo contó todo a la Guardia Civil cuatro meses después, cuando pensó que podría ser culpado. Ahora el Tribunal Supremo acaba de confirmar las condenas del asesino y de 'Paco el Loco': catorce años de cárcel para el autor del homicidio y dos años y tres meses de prisión para su cómplice por ayudarle a deshacerse del cadáver que, a día de hoy, no ha sido encontrado o esclarecido cómo lo hicieron desaparecer.
Sangre en los muebles
La sentencia del Supremo, que ha tenido como ponente al magistrado Pablo Llarena, rechaza los recursos de los dos condenados y avala un relato de hechos probados que no refleja cómo murió la víctima y cómo se deshicieron del cadáver. En su momento la Guardia Civil informó públicamente de la resolución del crimen asegurando que el cuerpo había sido descuartizado, quemado, sus cenizas tamizadas y después esparcidas por El Pardo para evitar que fueran encontradas.
Nada de eso ha llegado al relato de hechos probados, convirtiendo este caso en uno de los pocos en los que se condena sin haberse encontrado el cuerpo aunque a lo largo de la investigación, además del testimonio de la persona que pudo ver el cadáver, sí se han encontrado restos: sangre de la víctima en los muebles de la casa donde fue asesinado. El homicida se llevó esos muebles después de mudarse y los perros de los investigadores encontraron la sangre.
"Una ocultación que todavía persiste"
La sentencia del Tribunal Supremo rechaza todos los recursos y constata que existió "una ocultación del cadáver que todavía persiste, pese a que el recurrente admitió su autoría, pero que ha impedido apreciar el número, la naturaleza y la ubicación de las heridas que causaron la muerte de la víctima y, con ello, su concordancia con la versión que administra en su descargo", dice sobre la versión del homicida que asegura que fue atacado antes.
Avala también el alto tribunal la condena que se le ha impuesto explicando que, entre otros factores, los jueces han tenido en cuenta "la falta de desasosiego mostrada por el reo en los días inmediatamente posteriores al brutal homicidio, en los que se fue de vacaciones a la playa, además de ponderar la falta de arrepentimiento que mantiene, más allá de una formal petición de perdón".