La Justicia argentina ha detenido a una monja de 64 años perteneciente a la congregación de las Hermanas Trinitarias de Buenos Aires por abusar presuntamente de una menor de edad en uno de los hogares sociales de la orden religiosa, la cual expresó su «apoyo incondicional» a la detenida. En declaraciones al canal noticioso TN, la abogada de la denunciante, Soledad Molina, confirmó este jueves que a última hora del día de ayer tuvo lugar la indagatoria a la monja, conocida como sor Marina, y que ésta permanece detenida por orden del fiscal Marcelo Fuenzalida de San Isidro (provincia de Buenos Aires). «Ahora lo que tenemos que esperar es el recorrido normal del proceso y ver si alguna de las chicas puede sumarse a prestar declaración testimonial, esto sería fundamental para la causa también», aseveró la letrada. En ese sentido, Molina reconoció que existe la posibilidad de que haya otras denuncias y que, de hecho, hay otra causa judicial relacionada con sor Marina «que todavía figura en trámite». La otra denuncia «no sería sobre la misma religiosa, sino que habría un encubrimiento con otra de las religiosas (...). Sí es muy importante que también había sido trasladada la religiosa denunciada -sor Marina- a otras sedes para enfriar la denuncia», aclaró la abogada. Los presuntos hechos delictivos se produjeron en 2020, concretamente en un hogar de las Hermanas Trinitarias del municipio de Boulogne. Según medios locales, la denunciante, de 14 años, relató que los abusos se producían en la cocina y en un depósito del hogar, donde habría sufrido tocamientos por parte de la monja, quien también la habría espiado mientras estaba desnuda. Asimismo, en la Fiscalía no descartan que haya otros casos de abusos sexuales en la sede de la congregación, según medios locales. «Acá hay un tema fundamental, que es la vulneración de las chicas, en femenino, porque era un hogar donde solamente recibían a chicas, pero la vulneración de ellas frente a la situación de vida que viven. Es muy difícil para ellas acceder a la denuncia sin tener represalias», recalcó Soledad Molina. Por ese motivo, sor Marina fue acusada de un delito de abuso sexual agravado por la condición de representante de un culto religioso. Tras la detención de la religiosa, la orden de las Hermanas Trinitarias de Buenos Aires emitió un comunicado en el que manifestó su «apoyo incondicional a la hermana Marina», al tiempo que subrayó el «perjuicio irreparable» que supone esta noticia para la congregación. «A partir de un episodio cuanto menos confuso y que requiere de una investigación profunda de la Justicia a la que la propia hermana se ha sometido voluntariamente desde hace semanas, que se hable de una manera generalizada y sin ninguna información real en contra de ella y de la Institución, es una verdadera tragedia», señaló la orden en el texto. Respecto a la denuncia, la congregación sostuvo que sor Marina «no comprende los motivos por los cuales la joven pudo haberse sentido incómoda», ya que su trato como cocinera del hogar «siempre fue muy cordial». «Jamás tuvo de su parte algún reproche en ningún sentido, con lo cual no sale de su asombro lo que está viviendo, y así lo explicó a las autoridades», agregó la orden religiosa. En cualquier caso, en la congregación aseguraron que colaborarán con la Justicia en «todo lo necesario», puesto que están convencidos de que «todo esto se aclarará debidamente con una investigación judicial».