En Ferraz no las tenían todas consigo, un minuto antes de que Susana Díaz compareciera ante los medios en la sevillana sede de San Vicente. No se fiaban de que Susana Díaz fuera a renunciar a presentar su candidatura al congreso regional de final de año y, despejada esa incógnita por ella misma, tampoco se fían ahora de que vaya a facilitar la transición después de su contundente derrota en las primarias del PSOE-A. “La bicefalia no funciona”, eso repetían este domingo, con el recuento caliente, los miembros de la Ejecutiva federal consultados por la SER. Opinan lo mismo en el día después: quieren que Susana Díaz dimita ya. Si no lo hace, fuentes socialistas aseguran que el partido se encamina a una gestora en el PSOE-A en su principal federación. La dirección federal se reúne este lunes pero no está previsto que se active ya esa gestora que los hasta ahora críticos andaluces quieren que se organice “cuanto antes”. Ferraz dará margen para buscar el consenso, pero también tienen claro que Susana Díaz no puede seguir en la sala de mandos del partido en Andalucía, por mucho que se haya puesto a disposición del ganador de las primarias, Juan Espadas. No quiere que sea Díaz quien pilote la organización del congreso regional, que se celebrará antes de final de año y no quieren asumir un riesgo del que alertan distintas fuentes socialistas: que antes del cónclave haya elecciones andaluzas, que Espadas no consiga ser presidente de la Junta de Andalucía y que Susana Díaz se atrinchere al frente del partido. “Ella es capaz de dar cualquier batalla orgánica que se le ponga por delante, hay que evitarlo”, advierten fuentes socialistas, que no desdeñan la importancia de ese 38,4% de los votos cosechados por la ex presidenta. “Puede sacar a la killer que lleva dentro, puede seguir haciendo daño”, opina un dirigente andaluz. Ferraz no quiere dejar ningún cabo suelto porque el gran objetivo de esta operación ha sido desde el principio apartar a Susana Díaz, que perdió la Junta en diciembre de 2018 después de ser derrotada por Pedro Sánchez en las primarias federales de 2017 y de hacerse fuerte en su federación; prometiendo lealtad, eso sí, al secretario general. Esa estrategia le ha servido para sobrevivir dos años y medio en el PSOE-A, pero la Ejecutiva federal decidió precipitar las primarias para elegir la candidatura a la Junta, dar la palabra a la militancia y propiciar así su relevo orgánico, antes de la celebración del congreso. Los militantes han votado sobre el cartel electoral y no sobre la Secretaría General, de ahí la importancia que concede Ferraz a la gran diferencia que Juan Espadas ha sacado a Susana Díaz. Ese era el gran objetivo y eso es lo que consiguió este domingo el alcalde de Sevilla: 17 puntos más que la ex presidenta y derrotarla en su feudo. “Lo de su Sevilla ha sido una humillación”, asegura un ministro a la SER. Esta victoria la viven en Ferraz con auténtica euforia porque la Secretaría de Organización ha estado desde el principio detrás de la operación, por mucho que hayan intentado hacer ver que este proceso era impulsado desde Andalucía para evitar que Espadas apareciera como un candidato tutelado. Pedro Sánchez tuvo dudas sobre los tiempos pero, según fuentes de su entorno, en las navidades pasadas asumió que el cambio tenía que producirse ya; por el riesgo de que hubiera elecciones adelantadas que pillen al PSOE con el pie cambiado y porque el resultado en este territorio es clave para las generales. Santos Cerdán, el hombre de Sánchez en Ferraz, ha sido el encargado de mover los hilos desde Madrid en coordinación con las distintas familias de críticos andaluces. Como resultado de todas estas maniobras, en Ferraz cuentan con que la principal federación del PSOE tendrá al frente a un dirigente afín al presidente del Gobierno y secretario general, cuatro años después de la descarnada batalla entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. “Game over”, escribían este domingo algunos de los protagonistas de esta aquella contienda.