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ENTREVISTA HERNÁN PORTOCARRERO, EX EMBAJADOR DE LA UE EN CUBA

"El bloqueo es inaceptable, pero no puede ser la excusa eterna"

Me sorprendió que las protestas surgieran también fuera de La Habana. En la capital desde hace rato es todo un desastre

Si no es un punto de no retorno, sí es una advertencia al gobierno: hay que sentarse y hablar con la sociedad.

Las reformas están casi paradas y es incomprensible que un país con el clima y la tierra que tiene Cuba dependa hasta el 80% de importaciones de alimentos.

Hay poca calidad política en la disidencia. Hay que buscar en el mundo intelectual, el cine, la música. Y en la Iglesia Católica, que sigue siendo la única fuerza organizada más allá del Partido Comunista

Hernán Portocarrero, ex embajador de la UE en Cuba / HP Harlem Stairs

Madrid

Llegó a Cuba como embajador de Bélgica en 1995, apenas unos meses después del Maleconazo, las manifestaciones contra el gobierno de Fidel Castro más importantes desde el triunfo de la Revolución. En 2012 fue nombrado representante diplomático de la Unión Europea. Ha conocido todos los escenarios posibles de los últimos 25 años en la Isla: con Fidel, en periodo especial, sin Fidel, con el inicio de las reformas, con las expectativas generadas por Obama…. Retirado de la actividad pública y diplomática desde 2017, mantiene contacto estrecho con el país y sigue con mucha atención lo que está pasando allí estos días.

¿Se sorprendió cuando supo de las protestas del domingo pasado?

No fue ninguna sorpresa. Estoy en contacto diario con personas allí que son casi como familia y la palabra que usan ellos para definir la situación es “inaguantable”. Lo que sí me sorprendió fue que las protestas surgieron no sólo en la capital, porque yo pensaba y sigo pensando que la situación alimentaria puede ser mejor en el campo, donde siempre hay comida. En la capital desde hace rato es todo un desastre. Así que no fue una sorpresa, pero no esperaba que se diera fuera de la capital.

Ésa es una de las diferencias con el maleconazo del 94. Entonces las protestas se dieron sólo en La Habana, y además la situación se calmó por la intervención directa de Fidel

Francamente cada uno puede pensar lo que quiera de Fidel pero era un personaje. Yo le conocí bastante bien porque participé varias veces en esas cenas nocturnas con él que eran realmente algo especial. Tenía la sensibilidad y la inteligencia táctica para salvar al país durante el periodo especial. Lamentablemente la dirección del país después de él no tiene el mismo talento, ni la misma sensibilidad ni la misma inteligencia táctica.

La última entrada, hasta el momento, en su blog lleva por titulo “Cuba, the dollar and the devil”. ¿La política monetaria reciente y la presencia constante del dólar en la economía cubana están también detrás de la crisis actual?

He vivido todas las situaciones. Cuando llegué a Cuba el dólar se había convertido en moneda nacional; después convivía con el peso convertible; después en 2004 fue eliminado; después se lanzó la idea de una reforma total pasando todo en moneda nacional antes de 2016, pero por todo tipo de razones no se pudo hacer….

Yo francamente no entendí las maniobras de los últimos meses: primero, cada vez más productos esenciales pasaron de la libreta a las tiendas MLC (Moneda Libremente Convertible) lo cual ya es un castigo para la mitad de la población que no tiene acceso al dólar especialmente en las provincias. Y después se intentó cerrar la puerta al dólar aparentemente con la idea de que eso iba a mejorar la liquidez de los bancos, pero eso no se puede explicar a la gente.

Todo eso es una invitación al abuso porque como hace el cubano, siempre va “a resolver”, ésa es la palabra nacional. Si el sistema se hace tan complicado van a encontrar la forma de evitarlo o de utilizarlo a su manera. Por eso la situación fue a peor cada día. A todo esto tenemos que sumar el bloqueo, que lo complica todo.

Precisamente ése es el principal argumento del presidente Díaz Canel 

Hay una parte de verdad, pero eso no es toda la explicación. También hay que tener en cuenta las reformas, que empezaron bien, después del periodo especial, pero al final casi se pararon. Especialmente en la agricultura: lamentablemente era el asunto que más discutíamos cuando yo era embajador de la UE con sugerencias para mejorar la producción. Para mí es incomprensible que un país con el clima y la tierra que tiene Cuba dependa hasta el 80% de importaciones de alimentos.

Dicho esto, el bloqueo lo complica todo, cada día. Es una injerencia inaceptable; punto final. Pero no puede ser la única excusa eterna para los errores que se cometieron cuando se pararon las reformas cuando había tiempo. Como embajador mi mensaje siempre era el mismo: “Señores, Ustedes tienen el control, cambien las cosas que obviamente no funcionan precisamente para mantener los logros sociales, todo lo bueno que se ha hecho”.

¿Diría que no se avanzó en las reformas por alguna motivación política o ideológica, o simplemente no se pudo hacer?

Pienso que fue el miedo a que si empezaban a cambiar algo del sistema, todo el sistema se iba a derrumbar. Pero ahí está la inteligencia política que había que tener para explicar a la gente que había que cambiar algunas cosas precisamente para que no haya demasiadas víctimas de un cambio más brutal a largo plazo, que eso quizá es lo que puede ocurrir ahora. Siempre va a haber víctimas de un cambio porque hay gente de 40 ó 50 años que no podría vivir con dignidad en un mercado libre, y por eso había que diseñar pasos poco a poco para preparar una nueva situación; pero eso no se hizo por dogmatismo político y miedo a las consecuencias sociales, supongo.

¿El gobierno está a tiempo de hacer esos cambios para corregir el rumbo desde dentro, o hemos llegado a un punto de no retorno?

Francamente no lo sé porque puede que las protestas se calmen en un par de días. Hay un dicho cubano que a menudo escuchaba en boca de miembros del gobierno: “El cubano se pasa o no llega”. Y así es. Hay una explosión de protestas pero puede que ahora se calme.

Pase lo que pase, es una advertencia al gobierno. Hace falta tener en cuenta los intereses de la sociedad a largo plazo. No puede ser que la gente en medio de una pandemia tenga que hacer horas de cola para conseguir un trozo de pan o un poco de leche. Es absurdo y el gobierno tendría que darse cuenta; y yo no soy activista del cambio de gobierno, ni mucho menos, ningún diplomático tendría que serlo.

En definitiva, si no es un punto de no retorno, sí es una advertencia al gobierno de que hay que sentarse y hablar con la sociedad.

¿Y quién puede representar a esa sociedad con la que tendría que hablar el gobierno?

Yo tuve mucho contacto con la disidencia aunque me suponía un problema porque el gobierno no lo aceptaba. Llo hacía porque formaba parte de mi trabajo. Y tengo que admitir que hay poca calidad política en la disidencia. Hay que buscar en el mundo intelectual, el cine, la música… porque a largo plazo eso es el alma del país. Cuba se puso en el mapa del mundo por la política pero va a seguir por su talento y su creatividad.

Además siempre está la opción de la Iglesia Católica, cuya presencia se ha hecho más discreta tras la retirada y la muerte del Cardenal Ortega, pero que sigue siendo la única fuerza organizada en la Isla más allá del Partido Comunista.

¿Y la oposición en Miami tiene algún papel que jugar en ese proceso?

Ojalá Miami no llegue, es mi mayor miedo. En Cuba hay protestas en las calles pero hay pocas armas. Allí se puede hacer mucho daño a machetazos o con un bate de béisbol, pero en Miami hay locos que están demasiado armados. Si llega una armada de yates privados, Dios sabe lo que puede pasar. Ese es mi mayor miedo, que haya una intervención no oficial porque Estados Unidos no creo que se vaya a atrever. Pero esa otra gente con todo el odio que tiene todavía al gobierno, y a la Isla, pueden hacer locuras y eso podría ser muy feo.

¿Y cómo podrían ayudar la Unión Europea y España?

El caso de España es delicado porque es la antigua potencia colonial y desde esa posición es complicado dar consejos.

Lo primero en diplomacia siempre es el respeto. Lo segundo es hablar como amigo del país y de su gente, como siempre intenté hacer yo. Discretamente, no con mucha propaganda política, y siempre subrayando que compartimos desafíos. El Sistema Social europeo tendrá que luchar para mantenerse a largo plazo y pasa lo mismo en Cuba. Tenemos el desafío común de una población que se hace cada vez mayor. Con esos desafíos en mente es como hay que sentarse a hablar, y no como el Gran Blanco que se lo sabe todo.

Rafa Panadero

Rafa Panadero

Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...

 
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