Fabio Jakobsen se impone en la decimosexta etapa de La Vuelta; Eiking, continúa líder
En el día de su cumpleaños, Jakobsen logró un triplete en Santa Cruz de Bezana
El neerlandés Fabio Jakobsen (Deceuninck Quict Step) se hizo el mejor regalo posible en el día de su 25 aniversario, nada menos que un triplete en la Vuelta que le confirma como mejor esprínter de la presente edición. Un remate por velocidad la víspera de las etapas claves de montaña en Asturias, adonde llegará de líder el noruego Odd Christian Eiking (Intermrché).
Era la última oportunidad para los velocistas, y Jakobsen pensó que sería un buen regalo un triplete. Lo cazó al vuelo, se impuso con autoridad en la decimosexta etapa que unió Laredo y Santa Cruz de Bezana, con un tiempo de 4h.08.57, a una media de 43,4 km/hora, superando al belga Jordi Meeus (Bora Hansgrohe) y al italiano Matteo Tretin (UAE Emirates).
Se metieron en la refriega los españoles Jon Aberasturi (Caja Rural) y Antonio Soto (Euskaltel), sexto y noveno respectivamente.
Jakobsen, herido gravemente en la Vuelta a Polonia hace un año, superó un rosario de operaciones que le reconstruyeron el rostro. Un trago que ya ha superado con tres triunfos de prestigio en la Vuelta, donde suma 5 etapas. Este año ya ganó en Molina de Aragón y La Manga del Mar Menor.
Jornada sin cambios en la general la víspera de la hora de la verdad. Los favoritos entraran a pecho descubierto en Asturias con las etapas de Los Lagos y el inédito Gamoniteiru. Al frente de la general aguanta el noruego Eiking, seguido del francés Guillaume Martin a 54 segundos y del esloveno y gran favorito Primoz Roglic a 1.36. El español Enric Mas es cuarto a 2.11 y el colombiano Miguel Ángel López quinto a 3.04.
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Un quinteto en fuga, Enric Mas afectado por una caida
El pelotón salió de Laredo con la mente puesta en la inminente llegada de los dos colosos asturianos, Lagos y el Gamoniteiru, pero mientras tanto, en la etapa cántabra, los esprínteres estaban convocados a la última fiesta. Y se cumplió el pronóstico, pero la jornada llamada de transición aportó alguna emoción fuerte.
Mientras se formaba la escapada de turno, hubo una montonera de órdago que afectó a varios corredores de la general, sin ir más lejos a Guillaume Martin y Enric Mas, golpeados, pero pudieron seguir la ruta.
Menos suerte tuvieron el italiano Giulio Ciccone, cabeza de lista del Trek y el belga Vanmarcke, el cazaetapas del Israel, que debieron abandonar la Vuelta unos kilómetros más tarde, lo mismo que el francés Molard. Mientras tanto ya marchaban en rebeldía Mikel Bizkarra, Dewulf, Claeys, Simmons y Jetse Bol (Burgos-BH).
Ya sabía el quinteto que no se iban a jugar la victoria entre ellos, entre otras cosas porque el Deceuninck y el DSM estabilizaron el retraso en no más de minuto y medio, diferencia marcada en el Alto de Hijas (3a), única dificultad del día.
Muchos aspirantes, pero el mejor fue Jakobsen
A medida que se acercaba la meta subía la tensión, sobre todo en los equipos de los especialistas del esprint. La última oportunidad metía responsabilidad a unos cuantos velocistas que aún no han degustado la gloria.
El UAE de Trentin alteró el orden en el pelotón a 60 de meta con una aceleración que pilló en fuera de juego a Jakobsen, pero el Deceuninck tuvo oficio para tapar la gotera. Un aviso que fue encendiendo poco a poco el final de la etapa.
Los fugados, menos Dewulf, que decidió resistir un par de kilómetros más, claudicaron después de una buena paliza a 8 km de la meta de Santa Cruz de Bezana, localidad próxima a Santander. La ceremonia del esprint estaba en marcha. Se acabaron las aventuras.
De lejos trataron de imponer su tren equipos como el DSM de Dainese, el Groupama de Demare o el BikeExchange de Matthews, pero la avalancha azul del Deceuninck llegó a 2km de meta. Senechal y Stybar lanzaron a Jakobsen, y cuando saltó el neerlandés se cerró el debate. Directo al triplete. Cumpleaños feliz.
Este miércoles se disputará la decimoséptima etapa, entre Unquera y Lagos de Covadonga, con un recorrido de 185,8 km, primer gran examen de montaña en Asturias con meta de categoría especial en un lugar legendario tras 12,5 km de ascenso al 6,9 por ciento y rampas del 18.
No será el único obstáculo. La previsión es de lluvia y los corredores deberán afrontar antes de Lagos una doble subida al Altu de Hortigueru (3a, 5,3 km al 4,7%). Los favoritos tienen la palabra.