Michael Hall, premio Fronteras del Conocimiento, sobre los antivacunas: "Son idiotas"
El bioquímico estadounidense, premiado en la categoría de Biología y Biomedicina por descubrir el mecanismo que regula el crecimiento celular, no entiende las reticencias de algunos ante lo que define como "un milagro de la ciencia"
Madrid
Michael Hall atiende a la prensa en el español que aprendió en su Puerto Rico natal, y que amplió después durante los años que vivió en Venezuela. “Me fui a un internado con 13 años y no lo hablo desde hace 40”, explica este catedrático de Bioquímica de la Universidad de Basilea (Suiza), con tono exculpatorio. La Fundación BBVA le va a entregar este martes en Bilbao el Premio Fronteras del Conocimiento, junto con su colega David Sabatini, por su contribución a desentrañar el funcionamiento del crecimiento celular.
“Es como un interruptor que se activa cuando hay nutrientes alrededor”, dice didáctico el profesor Hall sobre su descubrimiento. Entender cómo funciona ese mecanismo es clave para poder apagarlo a conveniencia, sobre todo porque el crecimiento anormal de células está detrás de seis de cada diez tumores que de detectan en el mundo. Se conoce como mTOR -acrónimo en inglés de diana de rapamicina en mamíferos-. La rapamicina es el fármaco que permite apagar ese interruptor e inducir una suerte de ayuno celular que detiene el crecimiento.
La aplicación oncológica es la más frecuente, pero se utiliza en otros muchos escenarios. En el caso de pacientes trasplantados sirve como inmunosupresor, para mantener bajo control las defensas del organismo y evitar el rechazo a órganos y tejidos. También, ha abierto una vía de investigación en la lucha contra las enfermedades asociadas al envejecimiento, como el alzhéimer o la demencia. “Desde los años 30 sabemos que la restricción calórica alarga la vida y ahora sabemos por qué”, cuenta este investigador ilusionado con las potencialidades de esta “fuente la de juventud”, como él la define.
Según Hall, los científicos que trabajan en esta línea de investigación avanzan en dos sentidos: por un lado, aumentar el número de años de vida efectivos; por otro, mejorar la salud dentro de los márgenes actuales de la esperanza de vida. “Sería mejor trabajar solo en lo segundo porque ya tenemos bastante gente en el mundo”, añade el investigador, que alega razones de sostenibilidad. El horizonte deseable -insiste- sería “estar completamente sanos hasta el día de nuestra muerte”.
PANDEMIA Y ANTIVACUNAS
Sea cual sea el futuro de la biomedicina, el presente pasa por el COVID-19. Michael Hall cree que la disciplina ha salido fortalecida: “Es casi un milagro lo que han hecho los científicos”, repite en varias ocasiones en referencia al desarrollo de las primeras vacunas. “Antes eso tomaba años y años; ahora, seis meses”. No ahorra halagos para los colegas que han conseguido esas fórmulas, a los que define abiertamente como "héroes". Tampoco contemporiza con quienes rechazan inmunizarse: “Son idiotas”, dice mientras tapa el micrófono con una mano anticipando una incorrección política. Se nota que habla desde la frustración y no lo oculta. Simplemente –asegura- “no entiendo que no entiendan”.
Javier Alonso
Periodista. Licenciado por la Facultad de Ciencias de la Información de la Univesidad Complutense de...