La movilización de la diáspora canaria para ayudar a La Palma
Un grupo de jóvenes crean una plataforma para recoger bienes de primera necesidad para los afectados por la erupción del volcán
Madrid
Una imagen inunda Instagram el miércoles por la noche: "¿Cómo puedo ayudar a La Palma desde Madrid?", titula la fotografía. "Se necesita ropa, comida, pañales, mantas, mascarillas...", prosigue la publicación. Apenas 24 horas después, la casa de Miguel Navarro, un estudiante canario afincado en Madrid, se transforma en un almacén improvisado de bienes de primera necesidad con destino a La Palma.
El joven, de apenas 20 años, vive en un piso de estudiantes de Getafe. La noche del domingo al lunes, el WhatsApp de Navarro se convierte en un chorro incesante de mensajes. Él y sus amigos palmeros comentan a cada minuto la erupción del volcán. "Teníamos que hacer algo, pero no sabíamos cómo. Los miembros del grupo estábamos en Madrid, y no sabíamos qué hacer", asegura. Sin embargo, las dudas se disiparían el miércoles por la tarde, cuando el volcán entró en la fase más explosiva.
La cadena de mensajes se convierte en pocos instantes en un grupo de voluntarios que ronda las treinta personas y que actualmente cuenta con 82 miembros. El grupo, bautizado como Ayuda Erupción La Palma, se forma a contrarreloj y de manera improvisada, cuenta Navarro.
"Empezamos ofreciéndonos para hacer compras básicas, pero nos dimos cuenta de que era necesario algo más. Necesitábamos más ayuda, pero también una manera de hacer llegar todos los bienes a La Palma. Ahí es como empezamos con todo. Contactamos con empresas de todo tipo: de mudanzas, de transportes, aerolíneas, servicios de paquetería..." asegura. En apenas unas horas, los jóvenes canarios montan una red de puntos de donación y recogida de bienes con un objetivo: enviarlos a La Palma lo antes posible.
A través de la movilización por las redes sociales, miles de personas se enteran de estos lugares improvisados de recogida de bienes básicos. El primero de esos puntos es la casa de Navarro, en Getafe, un piso donde conviven tres estudiantes en 90 metros cuadrados.
Navarro y sus compañeros almacenaron los primeros productos en sus habitaciones, pero pronto se dieron cuenta de que no iba a caber todo. "Fue increíble. En apenas unas horas empezó a llegar gente de todas partes con un montón de cosas. Tuvimos que empezar a almacenar todo en la calle porque no cabía en mi cuarto. Muchos curiosos que se quedaban a mirar, se pusieron a echarnos una mano. En poco tiempo éramos ya 30 personas. Una empresa nos dejó camiones para cargar todo. El Ayuntamiento también nos cedió otro", cuenta.
La Policía Nacional también colaboró con el grupo de jóvenes, cuenta Miguel, con la cesión de uno de sus almacenes. "En un principio tuvieron que venir a nuestra calle para controlar el tráfico. ¡Imagínate! Goteos incesantes de gente trayendo cosas, camiones aparcados en la puerta de mi casa, vecinos y curiosos echando un cable... en fin, era todo increíble", dice Navarro.
La exitosa recogida de Getafe fue la primera de las programadas para los próximos días. Marta Gómez, de 22 años y originaria del municipio palmero de El Paso -uno de los primeros afectados por la erupción-, es otra de las jóvenes que, junto con Navarro, inició la plataforma. "Después de ver las imágenes del volcán y hablar con nuestras familias, nos dimos cuenta de que teníamos que hacer algo", asegura. "Muchos canarios nos pusimos en contacto. No todos nos conocíamos entre nosotros. Algunos viven en el norte de Madrid, otros en la capital, otros en municipios más pequeños... pero todos tenemos algo en común: sentir de cerca la desgracia de nuestras familias, a pesar de que estemos tan lejos", dice la estudiante.
Para atender todas las necesidades, han convocado otras recogidas para los próximos días y en distintas ubicaciones. Madrid centro, Aranjuez, Vallecas, San Agustín de Guadalix y Alcalá de Henares son las localizaciones elegidas para que, quien lo desee, aporte su granito de arena para ayudar a los afectados por la erupción, cuenta Gómez.
"De momento estamos desbordados", asegura la joven. "No nos esperábamos que tanta gente fuera a participar. Ha tenido una acogida brutal. En cuestión de horas hemos cubierto más de lo que esperábamos, hasta el punto que, por ejemplo, las autoridades canarias nos han pedido que no recaudemos más ropa", señala, asombrada, Gómez.
Al complejo proceso de recogida y almacenamiento se le suma una gran complicación: llevar los bienes a una isla desbordada en la que, en los últimos días, las autoridades han decretado cierres del espacio aéreo por las cenizas volcánicas. A pesar de ello, varias organizaciones han puesto de su parte para ayudar a los jóvenes canarios a llevar todos esos bienes al archipiélago. "Empresas como Correos o SEUR nos han contactado, también aerolíneas como Iberia. Entidades como Cooperación Solidaria se han propuesto para poner los aviones. Hasta una empresa de mudanzas canaria nos ha ofrecido el transporte marítimo de todo", cuenta la joven.
Entre las entidades que han contactado con la plataforma se encuentra la Casa de Canarias, una institución que, desde 1953, asiste a los isleños afincados en Madrid. La organización, que ofreció sus centros logísticos a la plataforma Ayuda Erupción La Palma, ha recibido cientos de llamadas en los últimos días para colaborar, tal como asegura su presidente, Roberto Miño.
"Estamos registrando récords de envíos. A pesar de que haya ocurrido esto entre semana, cuando la gente trabaja, nos han llegado miles de objetos. Estamos gestionando con las autoridades para poder enviar las cosas, preferentemente, antes del lunes", asegura Miño.
La oleadas de ayudas ha supuesto un alivio para las autoridades insulares, que señalan las inmensas muestras de solidaridad recibidas en los últimos días. Lorena Hernández, concejala de Seguridad y teniente de alcalde de los Llanos, asegura que tantos envíos han servido para abastecer las necesidades más urgentes de los vecinos.
"Estamos saturados. Ha sido un desborde de solidaridad lo que nos ha llegado. Hay que agradecerles millones de veces a todos lo que han hecho por nosotros. Estamos tratando de repartir todo entre las familias para que, poco a poco, puedan ir cubriendo sus necesidades", asegura Hernández.
La explosión de empatía ha alcanzado cotas increíbles, según cuenta Hernández, que pide otro tipo de ayuda. Si en el primer momento la ropa y los alimentos eran primordiales, ahora lo urgente es conseguir fondos para las familias.
"Hemos abierto cuentas corrientes porque todo lo que es de primera necesidad está ya cubierto. Tenemos los almacenes llenos. Necesitamos dinero para hacer donaciones a las familias. Esperamos tener pisos para las familias los próximos días. Por ello, con ese dinero se puede hacer frente a los gastos de las familias. La comida y la ropa están cubiertas, pero cuando consigamos pisos, esas familias necesitarán mobiliario, electrodomésticos y todo tipo de enseres para las casas", dice.
Sin embargo, cualquier tipo de ayuda es bien recibida, recalca la concejala. Y por ello, jóvenes como Marta Gómez buscan parches para atender a los afectados. Mientras trabaja en el próximo envío de bienes recuerda a su familia de El Paso, que forma parte de los cerca de 6.000 evacuados por la erupción. "Muchas familias lo han perdido todo y no podemos quedarnos quietos. La zona del volcán es una zona agraria y esta erupción ha destruido la economía de miles de personas", lamenta.
Ahora, Gómez solo pide una cosa: "Necesitamos que la gente entienda lo que pasa. Esto no es un espectáculo, es una desgracia. Si los puertos, las carreteras o los hoteles están ya colapsados para ayudar a los evacuados, no es momento para que vengan turistas. Estamos al borde del colapso. Detrás de las imágenes hay personas, familias. Esto no es una broma, es un absoluto desastre".
Agustín Rodríguez-Sahagún
Graduado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. Máster de Periodismo UAM-El País. Redactor...