Más de mil edificaciones y 36 kilómetros de carretera afectados por la lava
Las autoridades de la isla piden a los vecinos de la zona que salgan de casa lo menos posible y con las vías respiratorias cubiertas ante el peligro de gases y ceniza
El volcán expulsa lava más fluida que puede modificar la dirección de las coladas y la erupción ha provocado que proyectiles minerales salgan despedidos a más de un kilómetro
Madrid
El volcán de La Palma continúa en fase explosiva. La erupción provoca importantes estruendos así como la proyección de bombas balísticas sobre el territorio isleño, que llegan a alcanzar hasta un kilómetro de longitud. De hecho, el Comité Director del Pevolca ha registrado la aparición de lavas más fluidas tras el derrumbe de lado norte del cono. Este tipo de flujo se está vigilando dado que, según ha asegurado el director técnico Miguel Ángel Morcuende, podría darse algún cambio sobre la dirección de las actuales coladas.
La superficie devastada alcanza ya las 413 hectáreas, lo que suponen 15 más que las registradas este domingo. Esto implica que el perímetro de la zona afectada se eleva a los 36,5 kilómetros. Esos aumentos se deben al derrumbe que se produjo, hace cuestión de horas, de la parte noroeste del cono volcánico. El propio presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, ha asegurado que no sabe en qué momento se encuentra actualmente el volcán. En este sentido, Torres ha remarcado que no parece que se esté cerca del final de la actividad eruptiva.
Las coladas de lava han afectado, por el momento, a más de 1.150 edificaciones, de las cuales más de mil han quedado destruidas y alrededor de 110 han sufrido daños. Pero además de los inmuebles, las carreteras también han sufrido daños irreparables y alrededor de 36 kilómetros se encuentran afectados, según la última actualización establecida por el satélite Copernicus.
Las autoridades insulares han pedido a la población que mantenga las precauciones necesarias para protegerse de las cenizas volcánicas. Los servicios de emergencia canarios han recordado que las cenizas volcánicas pueden tener efectos respiratorios y oculares entre otros, por lo que emplazan a los vecinos afectados a no salir de casa en la medida de lo posible y, en caso de hacerlo, que se cubran nariz y boca para evitar la inhalación de cenizas y gases procedentes del volcán.