Sociedad | Actualidad
Erupción La Palma

La Palma retumba con un terremoto de 4,3 grados, el más fuerte desde el inicio de la erupción

El volcán genera dos nuevas lenguas de lava, y una de ellas ya cae al océano

El aeropuerto de La Palma, inoperativo por la acumulación de cenizas

La lava del volcán de La Palma alcanza el mar. / Marcos del Mazo/LightRocket via Getty Images

Madrid

La Palma ha vuelto a temblar como no lo hacía desde la erupción volcánica. El Instituto Geográfico Nacional informaba este jueves a las 11:17 minutos (12:17 hora local) que se registraba en Mazo (sur este de La Palma) el terremoto más fuerte de los sentidos en la isla desde el inicio de la erupción, hace 19 días. El seísmo, según el cálculo del IGN, ha tenido una magnitud de 4,3 grados y se ha producido a 35 kilómetros de profundidad. Pero no ha sido el único, ya que a este terremoto le han seguido tres de magnitud 3,3, 3,4 y 3,3 localizados en el noreste del municipio de Fuencaliente y a una profundidad que oscila entre los 12 y 14 kilómetros.

A lo largo del día se han registrado en la isla más de sesenta movimientos sísmicos. Además, otra de las novedades ha sido la caída al mar de una nueva lengua de lava del volcán de La Palma entre Los Guirres y el Charcón. En su trayecto están los cultivos de Las Hoyas. El único núcleo poblacional cercano, La Bombilla (ya evacuado), se encuentra más al sur de donde está desembocando esta nueva lengua. Actualmente, según ha afirmado María José Blanco (IGN), "las condiciones meteorológicas son desfavorables en cuanto a la calidad del aire", 

En La Palma han estado el Rey Felipe VI, que ha dedicado unas palabras a los ciudadanos de La Palma y a las distintas administraciones, servicios e instituciones que trabajan en la isla. También se ha desplazado hasta allí la ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmando que "tenemos millones de metros cúbicos de lava, pero más de solidaridad, de compromiso". 

Mientras tanto, se ha aprobado la adquisición de las primeras 18 viviendas para los afectados por el volcán, y el ministro Planas ha confirmado que las ayudas a los agricultores, ganaderos y pescadores palmeros se incrementarán si los daños aumentan. Pero a pesar de estas buenas noticias, el sector turístico canario ha pedido pasar de las buenas palabras a las acciones frente a las consecuencias de la erupción en La Palma, que deja "un destino bastante tocado", y ha reclamado la suspensión de tasas aéreas, un protocolo por cierre de espacio aéreo y un programa similar al del Imserso.

El aeropuerto de La Palma, inoperativo

Aena ha informado este jueves que el aeropuerto de La Palma se encuentra inoperativo por la acumulación de cenizas del volcán de La Palma, sigue canalizado lava hacia el mar, con más de 600 casas destruidas y 6.000 evacuados. La erupción no cesa cuando se acerca al día 20 de actividad. Ya ayer la compañía Binter había cancelado sus operaciones previstas para este jueves con La Palma debido a la evolución de la nube de ceniza procedente de la erupción volcánica. La misma decisión tomó Canaryfly, que tampoco volará desde y hacia La Palma. Aena subraya que el resto de aeropuertos de Canarias siguen operando con normalidad.

La sal: más cosechas que se pierden por la ceniza del volcán

La erupción del volcán de La Palma está haciendo estragos en el sector primario de la isla, especialmente en el cultivo del plátano, la uva y el aguacate, donde se prevén pérdidas masivas. Pero no solo. Otras cosechas se malograrán por culpa de una lluvia fina, a veces imperceptible, que acaba tiñendo de negro todo cuanto toca, como la paleta de colores de la salina de Fuencaliente. En este municipio, en el extremo sur de La Palma, miran atentos al cielo y al suelo los dueños y trabajadores de la salina, cuya marca comercial tiene nombre de volcán, Teneguía. Un volcán que cuando erupcionó en 1971 paralizó la actividad de este negocio durante casi dos años. A la vista está que no le guardan rencor.

Ahora la ceniza de otro volcán ha ensombrecido el espectáculo cromático que la salina de Fuencaliente regala en el ocaso a propios y extraños, cuando el agua depositada en sus cuadrículas, llamadas cristalizadores, refleja las últimas luces del día. La imagen actual es "negro sobre gris, o gris sobre negro", lamenta Andrés Hernández, gerente de este negocio familiar que inició su abuelo en 1967, cuando tuvo la idea de replicar la salina del Janubio en Lanzarote con la ayuda del especialista en la materia Luis Rodríguez; luego lo heredó su padre y más tarde él Cuenta que la previsión que manejan es perder por culpa de la ceniza cinco cosechas, lo que traducido en dinero son entre 150.000 y 200.000 euros. Mientras haya el mínimo resquicio de ceniza no se atreven a comercializar la sal. "No nos podemos arriesgar", afirma. Por lo pronto, la sal que se estaba creando en los cristalizadores ya la dan por perdida.

 
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