Cimafunk: "La música es esa proteína que necesitamos para vivir"
El músico cubano, toda una revolución musical, retoma su gira internacional después de año y medio de pandemia. Fiesta, sexo, desenfado y amor por uno mismo son los ingredientes de El Alimento, el segundo disco del llamado James Brown cubano
Madrid
Erik Alejando Iglesias Rodríguez nació hace 32 años en Pinar del Río, en Cuba. Es afrodescendiente y de ahí su nombre artístico, Cimafunk. Cima viene de los cimarrones, que eran los esclavos que escapaban de las casas de los amos para vivir en los montes en Cuba. Entre ellos crearon nuevas maneras de expresar la cultura y lo que sentían. Funk viene de la música funk, que le encanta y que ha revolucionado.
Empezó a cantar en una iglesia y ya no se separó nunca de la música. Le dijeron que cantaba bien y se puso hacer reggaetón. De ahí evolucionó y mezcló otros estilos: urbano, salsa, son cubano, trova… hasta que descubrió el funk. Tanto le enamoró, que dejó la carrera de medicina que estaba cursando para componer música. Afortunadamente siempre contó con el apoyo familiar.
Hoy Cimafunk es una de las caras nuevas más emocionantes de la música latina. Cantante, compositor y productor, se dio a conocer en 2017 con su disco 'Terapia'. Con él rompió la monotonía de la escena musical cubana, dominada por la salsa y el reguetón. Sorprendió con un sonido que mezclaba el son y la rumba cubanos con el funk estadounidense.
2018 y 2019 fueron dos años frenéticos, en los que la revista Billboard lo incluyó entre los diez artistas latinos a seguir. Después del parón por la pandemia, el cantante regresa a España, dentro de una gira europea, a presentar su segundo disco: 'El Alimento'. Un disco producido por Jack Splash, ganador de premios Grammy y que ha trabajado con artistas como Alicia Keys, John Legend o Katy Perry.
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Poco antes de la pandemia te vimos en Barcelona, ahora vuelves a España con varios conciertos. ¿Qué es lo que conoces o más te gusta de nuestro país? Había expectación, no sé si eres consciente de las ganas que tenían tus fans de tenerte por aquí
Sobre toda la gente, la gente es lo que más me gusta, porque tiene mucho que ver con nosotros. Como estuvimos conectados, quedó un poco de lo de ustedes allá y tenemos un poco de lo de ustedes aquí también. La gente es muy relajada, muy abierta… Le gusta dormir la siesta, que a nosotros tampoco nos gusta trabajar tanto, así que qué rico estar de vuelta. Y aquí hay mucha gente conectada y súper al tanto de la música. Sabía que estaban con ganas de que viniera
Te conocimos con Terapia, nos presentas ahora El Alimento. ¿Qué salto has pegado en estos cuatro años? ¿Qué es terapéutico para ti y qué te alimenta?
Terapia era un disco para curarse, esa era la terapia, curar el cuerpo y el espíritu, mantenerse sincronizado con el regalo de estar vivos. Cuando escuchas música, cuando vas a un concierto, es terapéutico. Te cura todos esos bajones. Es un disco en el que trataba de buscar la manera de encontrar un sonido y de encontrarme yo. Las canciones las compuse en 40 minutos cada una. El Alimento lo compuse durante la pandemia. Después de un año caliente, caliente, se paró todo de repente. Este disco fue la proteína que necesitaba para mantenerme feliz y positivo. Por eso le puse El Alimento, es lo que me mantuvo, alimentando mi espíritu y mi mente durante todo este año de pandemia
¿De qué hablan tus canciones?
De gozadera, fiesta, sexo, desenfado, de quererse a uno mismo. Porque hay que quererse a uno mismo. También habla de mi experiencia, mi crianza, los dichos de mi abuela, de mi mamá. De las cosas que me han impactado en Cuba, en mi barrio.
Cuba es un país donde había de to' antes de que llegara Cristóbal Colón. La capital tiene de to', pero hay que andar chispeado todos los días. Hay que buscarse la vida. Eso dices en una de tus canciones, 'Esto es Cuba'. ¿Cómo es Cuba hoy?
Cuba hoy está… pfff, imagínate tú. Un poquito complicada. Está complicada. Cuando dejé Pinar del Río para irme a la Habana, me di cuenta de que había un montón de problemas, que yo no había vivido ni sentido. Era todo nuevo para mí. La Habana no tiene nada que ver con Pinar del Río. Al principio te impresiona, las calles son dobles, los edificios eran enormes… flipé. Hasta que empiezas a vivirla cruda y empiezas a vivirla real. Hay que andar siempre buscando los kilos, buscando el dinero, andar espabilado y no meterte en problemas. Llega un momento en que formas parte de ese mecanismo de locura y de supervivencia, en el que nunca paras. Yo estuve centrado en lo mío, en mi música y en mi familia, pero la situación está muy complicada en lo político y en lo económico.
El disco está plagado de grandes colaboraciones y mezcla de estilos. En una de las canciones escuchamos una guitarra española. ¿Has pensado en fusionar el flamenco? ¿Te gustaría alguna colaboración con algún artista español?
El flamenco ya está en mis discos, porque está en la música de nosotros. Esa guitarra que escuchas está haciendo feeling. El feeling tiene flamenco, está en el disco. Pero si me gustaría meterme más en la música flamenca española, porque es caliente, caliente, caliente. Estoy pensando en meterle un poco de afrocubana y funky, a ver qué sale. Me encantaría hacer algo con C. Tangana o con Pitingo, que me gusta mucho lo que hace. Y adentrarme en la cultura gitana, sus conceptos y su cante, que me recuerdan a la música tradicional cubana
En el disco haces un homenaje a las abuelas, a todo lo que nos han enseñado de pequeños. Sientes un gran respeto por ellas. ¿Y a las mujeres de hoy, qué le cantas a las mujeres de hoy? ¿Eres feminista?
A mí me crió mi abuela, mi mamá y ahora mi hermana. En mi familia las tipas son una cosa descomunal. Y en general. No llego al entendimiento de machista o feminista, lo que sí sé es que las mujeres tienen un poder que nosotros no tenemos. De saber las cosas, de tener una sensibilidad sobre las cosas que nosotros no. Yo soy un afrodescendiente que viene de una familia que sufrió la segregación racial. Yo fui criado en base a esa segregación: esto es así, hemos luchado mucho, tenemos que comportarnos así, cuídate de esto… esto se te queda desde pequeño. Y me di cuenta de que la mujer viene siendo discriminada mucho antes que nosotros, los afrodescendientes.
Cuando me miro a mí, como hombre, porque yo hablo por mí y por nadie más, me doy cuenta de que estamos traumatizados por ser hombres. A nosotros nos dicen de niños que los hombres no lloran, por ejemplo. Con eso lo que haces es reprimir tus emociones. Cuando reprimes tus emociones, creces traumatizado. Cuando creces traumatizado, creces bravo. Cuando eres bravo, descargas eso sobre alguien y en este caso contra las mujeres. No tiene ningún sentido, las mujeres crean vida y nosotros no.
Cimafunk ofrece un concierto este jueves en el Jazz Festival Barcelona, el viernes en el Womad de Las Palmas de Gran Canaria y el domingo en la sala Riviera de Madrid.