Sociedad
Agresiones sexuales

Los falsos mitos que hacen que las víctimas de agresiones sexuales no se identifiquen como tales

El investigador Pablo Prego lidera un proyecto dirigido a alumnado de universidades e institutos para concienciar sobre las agresiones sexuales facilitadas por drogas

Imagen de unos de los talleres llevados a cabo. CADENA SER

Madrid

Ni suele ser burundanga ni un desconocido los que están detrás de las agresiones sexuales a mujeres en un contexto de drogas. Este tipo de mitos y otros dificultan que la víctima se identifique como tal. Si sales de fiesta, bebes alcohol y una persona cercana aprovecha tu vulnerabilidad para agredirte sexualmente puede que no te consideres a tí misma como víctima. Las razones son múltiples y la mayoría confluyen en un discurso machista que impregna la sociedad. Esas son las principales conclusiones que sustentan un proyecto llevado a cabo por el investigador Pablo Prego en el marco de su tesis doctoral sobre las agresiones sexuales facilitadas por drogas en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

La iniciativa ha sido galardonada con el Premio Nacional de Juventud 2020 en Derechos Humanos y es una de las historias que han llegado al proyecto de PRISA 'Deja buena huella' que busca iniciativas capaces de cumplir con los Objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.

No denuncian por el juicio social

"Deseo contribuir a construir un mundo mejor. Busco aumentar la sensibilización social frente a la violencia sufrida por mujeres en contextos de ocio juvenil. Concretamente, las agresiones sexuales en las que las víctimas se encuentran bajo los efectos del alcohol u otras drogas consumidas voluntariamente", explica Pablo.

El proyecto ya está en marcha y ha servido para concienciar a miles de alumnos en las aulas. Se crean varias dinámicas. Por un lado, se realizan talleres en los primeros cursos de Grado y por otro, son estos los que acuden luego a institutos con el objetivo de concienciar. Y lo hacen con diferentes herramientas elegidas por el propio alumnado. Las redes sociales suele ser la vía más utilizada por los jóvenes en este proyecto, en concreto Instagram con la creación de cuentas propias. "La forma de engancharles y motivarles suele ser a partir del propio relato de la víctima. Es mucho más común de lo que se cree o se habla. La mayoría de los alumnos conocen casos y es a partir de ahí que comenzamos a trabajar", explica el investigador.

En el 99% de los casos la víctima de violencia sexual en un contexto de drogas es mujer. "Lo habitual es que no lo denuncien. Como mucho lo cuentan a su entorno más cercano. Persiste un juicio social que hace que las víctimas guarden silencio", cuenta Pablo. 

Primer falso mito: la forma de actuar

A lo largo del proyecto se han visto que hay una serie de falsos mitos que dificultan la identificación de las víctimas.

El primero es el modus operandi. Se habla de que las agresiones en estado de inconsciencia deriva de que le hayan puesto a la víctima drogas como la burundanga en la copa. En cambio, la evidencia científica concluye que la droga más habitual que ha consumido la víctima es alcohol y que lo ha hecho de forma voluntaria.

La sustancia involucrada

El alcohol es la sustancia más habitual involucrada en un contexto de drogas y agresiones sexuales. "En la gran mayoría de los casos son mujeres jóvenes las víctimas que se enfrentan a un juicio social muy grande porque hay una percepción machista tanto en el consumo de alcohol como en la promiscuidad sexual", afirma el investigador.

El estado en el que se encuentra la víctima

Otro de los falsos mitos tiene que ver con el estado en el que se encuentra la víctima. "Se cree que tiene que estar dormida o inconsciente, pero no siempre es así y eso confunde la identificación", explica.

Relación entre víctima y agresor

El último de los grandes falsos mitos identificados tiene que ver con la relación entre la víctima y el agresor. Erróneamente se cree que suele ser un desconocido cuando en la mayor parte de los casos es alguien cercano. "Hemos comprobado además que estos falsos mitos tiene una mayor prevalencia entre las mujeres que entre los hombres", cuenta el investigador.

La intención es llevar este proyecto al mayor número de centros educativos posibles a lo largo de 2022 para intentar crear un conciencia capaz de acabar con las agresiones sexuales.

Proyecto premiado.

Maika Ávila

Maika Ávila

Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...

 
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