La Generalitat destituye al mayor Trapero
La Conselleria de Interior nombra como nuevo jefe de los mossos al comisario Josep María Estela
Barcelona
El Departamento de Interior ha destituido al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, como jefe de la policía catalana. Se trata de una decisión meditada ya que hace tiempo que Interior cultiva desconfianzas respecto a Trapero, que hace poco más de un año que volvió a ponerse al frente de los Mossos, tras ser absuelto por la Audiencia Nacional. Ocupará su lugar el comisario Josep Maria Estela, hasta ahora jefe de la Región Policial de Tarragona, un mando prácticamente desconocido dentro y fuera del cuerpo a quien algunos sectores de la policía consideran afín a los republicanos. Se trata de un "policía de territorio", que ha trabajado en la mayoría de regiones policiales de Cataluña. Estela fue leal a Trapero y le comunicó el interés de la Conselleria en él.
En el poco más de medio año de legislatura, Interior, en manos de Esquerra, ha sentido “deslealtades” por parte del mayor, que ha querido tomar todavía más distancia de las voluntades políticas desde que fue restituido como jefe del cuerpo, según explican a la SER fuentes de la Conselleria. Sienten que Trapero no ha compartido con el Departament información policial de casos que para Interior tenían interés o, incluso, ha dificultado cambios dentro del cuerpo de Mossos que el nuevo equipo de Interior quería hacer. Trapero era consciente de estos recelos pero quería evitar que le condicionasen. Ahora se siente tranquilo y orgulloso, explican fuentes de su entorno más próximo, de haber sido inflexible.
En público, sin embargo, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, ha asegurado que "confiaba y confía" en el mayor y que ha decidido relevarle para abrir una nueva etapa y rejuvenecer al cuerpo con un nuevo liderazgo "más coral". Así lo ha afirmado en una rueda de prensa junto al nuevo comisario jefe quien ha prometido "desterrar la primera persona del singular" para tomar las decisiones en equipo "y no de forma individual". Un dardo a velado a Trapero, líder indiscutible hasta ahora de la policía catalana.
Según Elena, hoy se abre "una nueva etapa" que tiene como objetivo la feminización, la apuesta por la proximidad e impulsar un "relevo generacional". Sin embargo, el escogido para tomar el relevo a Trapero no es una mujer y tampoco mucho más joven que el mayor, con quien se llevan apenas cinco años. A preguntas de los periodistas, Elena ha insistido en que no ha tenido "ningún problema" ni "desavenencia" con Trapero y que cambiar al jefe del cuerpo "no significar negar el trabajo que se ha hecho", sino que se abre una nueva etapa para que el liderazgo sea más coral, dando más peso al territorio y con un trabajo más plano y transversal.
Hace semanas que el núcleo duro del conseller Elena estudia la destitución del mayor, consciente de la repercusión de la noticia. Según ha podido saber SER Catalunya, la decisión definitiva se tomó hace tres semanas, en una reunión el martes 30 de noviembre, horas después del incendio de la plaza Tetuán, donde murió una familia con dos menores y en cuyo operativo, Elena coincidió con Trapero. En ese encuentro del conseller con su núcleo de mayor confianza en una pizzería se cerraba que la decisión se comunicaría antes de las vacaciones de navidad, a la espera del día oportuno. La fecha del relevo no se escogió al azar: antes de empezar un nuevo año con una nueva dirección de Mossos, también renovada.
Trapero y su entorno también eran conscientes de que Interior recelaba de su papel al frente del cuerpo. Estela fue leal al hasta ahora jefe máximo del cuerpo y le fue informando de las reuniones que mantenía con el conseller y su equipo. El relevo hará caer también a los cargos de mayor confianza de Trapero y tiene por objetivo que el núcleo duro en la dirección del cuerpo sea paritario.
De momento, el Departament de Interior nombra de número dos del cuerpo al comisario Eduard Sallent, antecedor de Trapero, quien será el auténtico estratega de los Mossos. Sallent, hasta ahora jefe de la región policial metropolitana sur, esbozó una nueva estructura de la policía que se aparcó en un cajón cuando Trapero fue absuelto y restituido. Una estructura que Interior aplicará en los próximos meses. El Departament también ha nombrado a Rosa Boch, hasta ahora en la Comisaria General de Relaciones Institucionales, Prevención y Mediación.
El Govern ha barajado varios nombres para completar la dirección. Entre ellos, la comisaria Cristina Manresa, la primera mujer que accedió al rango de comisaria superior. Incluso se barajó la opción de hacer portavoz a la inspectora Montserrat Escudé, especializada en violencia machista, quien se ha contemplado como portavoz del cuerpo, ya que se trata de una voz amable y de consenso, además de una policía respetada y querida en el cuerpo.
Trapero: el último Mayor
Trapero es el Mayor de los Mossos. Un rango policial, que la actual Conselleria de Interior no quiere volver a conceder a ningún mando. Un rango que en el caso de Trapero se confunde con cargo y que se popularizó durante el lapso de tiempo en que la sociedad catalana simpatizaba con su policía: durante los atentados de Barcelona y Cambrils. Durante aquella crisis, Trapero personificó el rigor. Asesorado por su jefa de comunicación, Patrícia Plaja, actual portavoz del Govern, los Mossos apostaron por informar de todo aquello que sabían y, con total transparencia, también dejaban claro aquello que desconocían. Un comentario involuntario, lo hizo viral y lo convirtió en un icono del independentismo del que incluso se llegaron a hacer camisetas.
El idilio de la sociedad catalana con los Mossos, o el síndrome de Woodstock, como bautizó el abogado Cristóbal Martell durante el juicio a la Audiencia Nacional, duró dos meses. Hasta el 1 de octubre. El referéndum hundió los Mossos en su época más difícil. El mayor fue destituido con el 155 y pasó tres años en la sombra, preparando su defensa y realizando tareas administrativas en la comisaría de Les Corts de Barcelona, hasta que la Audiencia Nacional, que juzgaba los Mossos casi como el brazo armado del Govern Puigdemont, acabó absolviendo al mayor. La sentencia concluyó que durante el referéndum y los días previos, Trapero actuó “con el objetivo de minimizar daños” y movido por el “principio de proporcionalidad”.
Su restitución fue celebrada dentro y fuera del cuerpo. Pero quien volvía a comandar los Mossos no era el mismo. Era un Trapero renovado, con voluntad de pasar desapercibido, de alejarse de los medios y de rehacer confianzas y complicidades, haciendo autocrítica. “Todos hemos cometido errores, yo lo primero”, admitía en su primera y única rueda de prensa después de volver a vestir el uniforme de mayor. Ni los más próximos confiaban que después del purgatorio de supuso la investigación y el juicio contra él, tuviera ánimo para volver. La decisión lo definía: los Mossos seguían siéndolo casi todo por él.
El nuevo jefe de los Mossos: Josep Maria Estela, hombre de territorio
El comisario Josep Maria Estela tomará el relevo del mayor Trapero a partir de hoy. Licenciado en derecho, si una cosa conoce bien es el territorio. Estela ha pasado por seis de las nueve regiones policiales que hay en Cataluña en los 27 años que hace que forma parte del cuerpo de Mossos d'Esquadra. Su padre fue uno de los fundadores de Unió de Pagesos, quien, según fuentes próximas, le transmitió la proximidad con la calle, sobre todo con el entorno rural.
Los dos últimos años ha sido jefe de los Mossos en la región policial de Tarragona, donde cogió el relevo del intendente Ramon Chacón, actual jefe de la División de Investigación Criminal de la policía catalana. Hace solo unos días, compareció para dar detalles del operativo y neutralización de un ex vigilante de seguridad que disparó contra diversos excompañero y contra un mosso. En Tarragona, Estela ha liderado también la investigación de la explosión de IQOXE y ha tenido que lidiar con el cultivo y tráfico de marihuana.
Llegó a Tarragona después de un periodo intenso al frente de la región policial de las Terres del Ebre, puesto que coincidió con la explosión de la casa de Alcanar donde la célula de Ripoll preparaba la masacre del 17-A. Estela fue uno de los responsables de la investigación del atentado yihadista en Alcanar el agosto del 2017. El suyo era uno de los nombres que sonaban para sustituir a Trapero, después de que en el entorno policial despertara sospechas al ver, en los últimos meses, que el consejero se reunía con él varias veces. Estela fue leal y comunicó a Trapero el interés de la Consellería.
Estela es partidario de una policía de proximidad. “En municipios pequeños y en el ámbito rural, tenemos que ser capaces de bajar del coche y hablar con la gente del territorio. El que nos hará más grandes no es tener más efectivos en la calle, sino conseguir que la gente sea nuestros ojos”, decía el año pasado en una entrevista al digital Cataluña Diario de Tarragona.