El Plan de la Vivienda 2022-2025 mejora la ayuda al alquiler de colectivos vulnerables
Incentiva el cohousing, las casas compartidas para convivencia intergeneracional o temporeros agrícolas
Madrid
El nuevo Plan de la Vivienda, que el Gobierno tiene previsto aprobar el próximo martes en Consejo de Ministros, pone el acento en la mejora de las ayudas al alquiler y soluciones habitacionales para colectivos vulnerables. Cubre el periodo 2022-2025, con una dotación económica este año de 345 millones de euros, y novedades como la promoción del cohousing, la financiación de casas compartidas.
<p>¿Cuánto dinero recibirán al mes los beneficiados? ¿Quién podrá acogerse al bono? ¿Qué ingresos deben tener los beneficiarios? ¿Cómo se gestionan las ayudas?</p>
Más allá del bono joven al alquiler, que se incluye en el mismo decreto, el Plan de la Vivienda contempla ayudas al alquiler para hogares con ingresos de hasta 24.300 euros anuales -tres veces el IPREM- o hasta 40.500 euros -cinco veces- si son familias numerosas, con miembros con discapacidad o víctimas de terrorismo: podrán recibir, durante cinco años, hasta la mitad del coste del alquiler, si éste no pasa de 600 o 900 euros, según decida la comunidad autónoma de que se trate.
Precios de alquiler que son también la referencia en otros programas: en casos de violencia de género, desahucio, personas sin hogar, o por vulnerabilidad sobrevenida -quedarse en paro, por ejemplo- la ayuda puede cubrir todo el importe del alquiler.
Y hasta los 35 años de edad, además del bono joven se puede acceder a otras ayudas, tanto al alquiler como a la compra, y a seguros de pago de la renta, por años, a muy bajo coste.
Casas compartidas
Una de las novedades del plan es el impulso de las casas compartidas: el cohousing, para convivencia intergeneracional, o de colectivos como los trabajadores temporeros de las campañas agrícolas.
Fuentes del Ministerio de Transportes -responsable de las políticas de Vivienda- apuntan que hay una demanda creciente, desde el movimiento cooperativo y el tercer sector, para ofrecer edificios en que se reduce el espacio individual, pero se amplía el de servicios comunes, a colectivos como los ancianos que prefieran esta fórmula a las residencias geriátricas tradicionales.
La idea de partida no es crear guetos exclusivos para ese grupo de edad -explican esas fuentes- sino alternativas abiertas de convivencia intergeneracional.
Se piensa también en ofrecer un acomodo digno a los trabajadores que acuden de forma temporal a cubrir campañas agrícolas, y s que no siempre disponen de dotaciones adecuadas.
El plan se completa con con otros programas como el uso de viviendas de la Sareb para ofrecer "soluciones habitacionales" en caso de necesidad, ayudas para la construcción de viviendas destinadas a alquiler social asequible, o subvenciones para accesibilidad a las viviendas: porque la rehabilitación con fondos europeos no cubre esa posibilidad.