Muere el arquitecto Ricardo Bofill a los 82 años
Fue autor del Parque Manzanares de Madrid, el Hotel Vela de Barcelona y el Teatre Nacional de Catalunya
Madrid
El reconocido arquitecto catalán Ricardo Bofill ha fallecido este viernes en Barcelona a los 82 años de edad, según han confirmado fuentes de su despacho RBTA.
Formado en la Escuela de Barcelona y en la de Ginebra, Bofill fue un arquitecto de proyección internacional y larga trayectoria en el ámbito de la arquitectura, el diseño y la planificación urbana.
En la obra del catalán, la historia ha sido una constante manifiesta, no solo en el continuo análisis e interpretación de la cultura y la arquitectura del pasado, sino también por su interés por las nuevas tendencias.
Entre sus creaciones de diseño urbano figuran la Place de l'Europe de Luxemburgo, la Nueva Castellana de Madrid, el barrio Antigone en Montpellier (Francia), la Nueva Bocana del puerto de Barcelona o la remodelación y ampliación del aeropuerto de la capital catalana, donde también proyectó el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) y el Hotel Vela.
El TNC ha despedido a Bofill a través de su cuenta de Twitter, recordándolo como "uno de los arquitectos catalanes más internacionales".
Bofill, en vías de desarrollo
En sus primeros años, Bofill recuperó elementos artesanales característicos de la arquitectura catalana tradicional, y posteriormente abordó los problemas de planificación urbana a nivel local dentro del contexto político y social español. A estos comienzos pertenecen, entre otras, la Muralla Roja en Calpe (Alicante) o el santuario de Meritxell, en Andorra.
Interesado por los problemas urbanos de los países en vías de desarrollo, Bofill trasladó a parte de su equipo a Argelia, donde colaboró con el Gobierno en proyectos de planificación urbana y vivienda social.
Innovación reconocida a escala internacional
Los estudios de Bofill sobre el uso de unidades de hormigón prefabricado contribuyeron en los años 80 a la afirmación de la validez de las formas clásicas y la geometría en la arquitectura contemporánea, y en los 90 la introducción del vidrio y el aluminio supuso el resultado de un proceso de estudio de las formas y los materiales.
Tal fue su reconocimiento que el Museo de Arte Moderno de Nueva York dedicó una exposición a su obra en 1985 y posteriormente su actividad se diversificó en un gran número de proyectos en Catalunya, pero también en el resto de España y el extranjero.
Multitud de premios y distinciones
A lo largo de su trayectoria, Bofill ha recibido multitud de premios y distinciones, entre las que figuran el Premio FAD de diseño, el Premio ASID de la American Society of Interior Design, el Premi Ciutat de Barcelona, el título de Arquitecto de la Ordre des Architectes de Belgique, Officier de l'Ordre des Arts et des Lettres francesa y la Creu de Sant Jordi, entre muchos otros.
Recibió uno de sus últimos reconocimientos en septiembre, cuando fue investido doctor 'honoris causa' por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), y en cuyo discurso reivindicó que "la única utopía posible actualmente es el conocimiento"