Un soldado ucraniano ha matado este viernes con su arma de servicio a cinco compañeros y ha herido a otros tantos en una fábrica de la ciudad de Dnipró, en el este de Ucrania, tras lo cual se dio a la fuga, según ha informado el Ministerio del Interior de Ucrania. El suceso se produjo a las 03.40 hora local (01.40 GMT) durante un cambio de guardia en la fábrica «Yushmash», una de la más importantes del país. Según Interior, el atacante, identificado como Artemi Yúrevich, nacido en 2001, disparó con su fusil automático contra miembros del destacamento de guardia por causas que aún se desconocen «Cinco personas murieron y otras cinco resultaron heridas», señaló la oficina de prensa de esa cartera en su canal de Telegram. Unidades de la Policía y de la Guardia Nacional han lanzado una operación de busca y captura del desertor. El comandante en jefe de la Guardia Nacional de Ucrania, el general coronel Nikolái Balan, se ha desplazado al lugar de los hechos. Estados Unidos y la OTAN han respondido formalmente este miércoles a las garantías de seguridad exigidas por Rusia, tendiendo la mano de la de diplomacia pero avisando de que habrá «graves consecuencias» para Moscú si opta por una nueva invasión a Ucrania. En medio de la escalada de tensiones por la concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania, tanto Washington como la Alianza Atlántica cumplieron con el plazo marcado la pasada semana para responder a Moscú. La misiva de EE.UU. fue entregada en Moscú por el embajador estadounidense en Rusia, John Sullivan, en el Ministerio de Exteriores ruso. Un documento que según dijo el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en rueda de prensa en Washington, «incluye las preocupaciones de EEUU» y sus socios «sobre las acciones de Rusia que socavan la seguridad» así como «una evaluación de principios y pragmática de las preocupaciones expresadas por Rusia». Ahora «la pelota ahora está en el campo ruso», remarcó Blinken, al señalar que Moscú debe decidir si escoge el camino de la democracia o la confrontación. Si bien no quiso detallar el contenido de la carta para dar espacio a «conversaciones confidenciales», reiteró el rechazo de Washington a negar la adhesión de Kiev a la OTAN, algo solicitado por Moscú. «La puerta de la OTAN está abierta, sigue abierta, y ese es nuestro compromiso», afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense.