Elma Saiz: "El racismo y la xenofobia no solo son injustos, también son ineficientes"

Madrid

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha realizado este lunes un alegato en contra del racismo desde el foro World In Progress 2025 de Barcelona. La ministra ha pedido combatir todo aquello que degrada la inmigración, además de destacar los efectos positivos que esta tiene en la sociedad española.

Saiz ha abogado por la sostenibilidad y la integración como partes esenciales en el progreso de una sociedad, las cuales para ella ya no son "solo metas deseables". La ministra ha defendido que la migración "no es una amenaza", sino una realidad positiva a nivel cultural y económico para el país.

"El racismo y la xenofobia no solo son injustos e inadmisibles en una sociedad democrática, sino que son también profundamente ineficientes", ha sentenciado. Además, Saiz ha subrayado la importancia de las personas migrantes en la economía nacional, pues estas suponen un impulso para la productividad del país.

"Frente a quienes les molesta esta circunstancia, datos. Según el Banco de España, la inmigración no tiene efectos negativos significativos sobre el empleo ni sobre los salarios de los trabajadores nacionales", ha expresado la ministra.

De hecho, la ministra ha denunciado que el racismo sí que supone un coste económico que, según cifras del Ministerio, asciende a 17.000 millones de euros al año. "Con 17.000 millones de euros se pagan muchas pensiones, colegios y hospitales. Eso demuestra que el racismo no solo es una injusticia, sino que también empobrece al país", ha expresado.

Reto demográfico: "En 25 años, podríamos perder hasta 4 millones de personas de nuestra fuerza laboral"

Durante su intervención, Saiz ha destacado que la inmigración es necesaria tanto en España como en la mayoría de los países europeos para afrontar el reto demográfico. "Las predicciones nos dicen que, si no actuamos, en 25 años, podríamos perder hasta 4 millones de personas de nuestra fuerza laboral", ha explicado.

La ministra ha señalado que esto podría suponer una reducción del 2% al 0,1% en el crecimiento potencial de la economía española. Para evitarlo, el refuerzo de las políticas de natalidad, aunque son esenciales, no basta, pues la inmigración cumple un papel de suma importancia para garantizar la sostenibilidad del modelo social.