La Xunta retira los primeros 3.700 kilos de patatas de Muxía
La Xunta ha retirado los primeros 3.700 kilos de patatas de Muxía (A Coruña) tras detectarse la plaga de la polilla guatemalteca en el municipio.
De ello ha informado este miércoles la Consellería de Medio Rural tras la reunión en Santiago de la directora xeral de Agricultura, Belén do Campo, con alcaldes y concejales de A Costa da Morte para coordinar medidas contra la plaga.
En concreto, esos 3.700 kilos de patata de consumo y de siembra se han retirado de seis almacenes con patatas de la pasada campaña, así como de las tres viviendas de Muxía en las que se localizó la polilla.
A este encuentro en Santiago han acudido el alcalde de Muxía, Félix Porto, así como regidores de las zonas tampón de Fisterra, Dumbría, Vimianzo y Camariñas (en este último caso fue un edil en representación). También ha asistido el regidor de Zas a nivel informativo, aunque no es limítrofe con la zona demarcada.
COLABORACIÓN DE VECINOS Y MUNICIPIOS
En la reunión, Do Campo ha pedido una buena colaboración a los ayuntamientos de A Costa da Morte ante esta problemática, al igual que ha ocurrido en los municipios afectados en Ferrolterra y A Mariña.
En este sentido, la responsable de Agricultura ha subrayado que se actúa "con la misma rigurosidad en todos los casos sin hacer discriminaciones".
Aquí, incide en que se establece una zona tampón con trampeo contra la polilla y registro de productores más rigurosa que la que establece el decreto, al ser de cinco kilómetros en vez de uno. Con ello se busca evitar la expansión del insecto a través de las explotaciones de autoconsumo.
Ahora el siguiente paso será que los vecinos que tengan patatas o plantaciones se lo comuniquen a la Consellería de Medio Rural para proceder a su destrucción y poder optar a la correspondiente indemnización. Para ello, se habilitarán sacos específicos --facilitados por la Xunta y que se podrán recoger en el Ayuntamiento de Muxía-- en los que introducir la patata levantada de las plantaciones.
De tal forma, la Xunta apela a la responsabilidad de los vecinos, mientras remarca las restricciones para el movimiento de patata de zonas infestadas y la prohibición de plantación durante dos años, al tiempo que recuerda que el incumplimiento puede acarrear sanciones entre los 300 y los 3.000 euros.