Los pecados del pasado, corrupción y una gestión irresponsable, acorralan al Gobierno

Madrid

El pasado más oscuro acorrala al Gobierno de Mariano Rajoy. Los pecados de corrupción que se dilucidan en la Audiencia Nacional por el caso Gürtel, una trama corrupta instalada en el corazón del PP durante la pasada década, endosan hoy una dura penitencia a la formación conservadora.

El extesorero nacional Luis Bárcenas declara por primera vez en el juicio que se inició hace tres meses. Una declaración cargada de expectativas y amenazas. Barcenas se enfrenta a una petición de 42,5 años de cárcel y algunas incógnitas por despejar: ¿De dónde sacó la fortuna que ocultó en Suiza? ¿Robó dinero de la caja b del PP que manejó durante 20 años para engordar su patrimonio personal? ¿Ingresó comisiones ilegales en nombre del partido por contratos amañados en ministerios durante la era Aznar?.

La condena a toda una etapa del partido que gobierna ahora en España pende de alguna manera de las palabras que pronuncie hoy Bárcenas, quien controló las finanzas de la formación conservadora desde 1990 hasta 2009.

A la misma hora que Bárcenas se explica ante el tribunal del caso Gürtel, la ministra de Defensa y secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, estará compareciendo hoy en el Congreso para asumir otra penitencia por pecados del pasado: el despropósito de una gestión bajo sospecha que desencadenó en mayo de 2003 la tragedia del Yak-42.

Desde que Rajoy eligió a Cospedal al frente del partido, la secretaria general ha tenido que responder por los desmanes de otros, primero como líder del partido y ahora como ministra de Defensa.

Antes Luis Bárcenas, con el que ha mantenido una dura pugna en los tribunales, y ahora, Federico Trillo. Cospedal carga desde hace tiempo con la humillación de justificar la indemnización en diferido del imputado Bárcenas, un premio que decidieron otros. Y ahora, con el dilema de cuestionar la gestión de un compañero de partido que fue reiteradamente premiado pese a sus antecedenes.

Cospedal es la única dirigente del PP que ha llevado a Bárcenas ante los tribunales con éxito y ha conseguido que le condenarán por intromisión al honor. Y pese a todo, su imagen irá ligada a los momentos más comprometidos del partido y del Gobierno por graves casos de corrupción o de gestión irresponsable.

La declaración de Bárcenas

El extesorero del PP se enfrenta hoy a una declaración que puede resultar decisiva para su futuro penitenciario. El fiscal pide 42 años de cárcel por distintos delitos. La mayor parte de la pena se la lleva su fortuna oculta en Bárcenas y el origen de la misma.

El Tribunal se enfrenta a un problema de difícil solución. Pese a los nueve años de investigación del caso, aún hoy no existen suficientes indicios para resolver la gran diferencia que existe entre lo que Bárcenas cobró supuestamente de la red Gürtel y sus ingresos en Suiza. Entre 2000 y 2007, el extesorero del PP hizo 66 ingresos en dos bancos suizos por 8,2 millones de euros. En los cientos de tomos del sumario del caso Gürtel, aparecen apuntes a favor de Bárcenas por diversas mordidas relacionadas con contratos públicos que apenas suman 1,3 millones de euros.

Bárcenas sostiene que todo el dinero que llevó a Suiza y que ocultó al fisco es producto de sus trabajos privados: compraventa de obras de arte, inversiones en diversos negocios editoriales, beneficios por su participación en empresas internacionales y su éxito en inversiones en Bolsa. Pero este relato carece de cualquier soporte documental y la policía considera que es falso.

Durante los tres meses de juicio, algunos testimonios han elevado la gravedad de los delitos a los que se enfrenta el PP. El empresario Alfonso García-Pozuelo es el único de los donantes del partido que ha confesado que pagaba comisiones ilegales a cambio de obras públicas y que el dinero iba en algunos casos a los organismos centrales del PP.

El exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega, imputado para el que se piden 50 años de cárcel, ha declarado que desde el partido se le daban indicaciones para favorecer a determinados empresarios que luego aparecen como donantes en los papeles de Bárcenas.

Y por último, Francisco Correa, jefe de la trama corrupta, aseguró al tribunal que intermediaba para la concesión de obras públicas de distintos ministerios a cambio del cobro de comisiones ilegales que beneficiaban al PP.

Bárcenas tendrá que responder a estas acusaciones. Si confirma estos hechos, el PP y el Gobierno tendrán un problema mayor.

La comparecencia de Cospedal

La declaración de Bárcenas, a juzgar por lo que cuentan las partes implicadas en este proceso, puede durar varios días. Antes de que finalice, Dolores de Cospedal habrá pasado el trago del Yak 42 en el Congreso en presencia de las familias de las víctimas y con la oposición unida contra Federico Trillo.

La vuelta del exministro de Defensa a su plaza como letrado en el Consejo de Estado, la misma institución que le ha condenado en su informe no vinculante, se convertirá en un nuevo escándalo sobre las espaldas del Gobierno de Mariano Rajoy. Cospedal deberá detallar en el Congreso qué cauce administrativo siguen las conclusiones del Consejo de Estado en relación al futuro de su compañero Trillo.

De la gestión de este problema, al que Rajoy quitó importancia cuando le estalló hace dos semanas, depende en parte el futuro de un Gobierno que tiene que buscar aliados para resolver su primer gran obstáculo: aprobar los Presupuestos Generales del Estado sin contar, a priori, con votos suficientes.